jueves, 25 de noviembre de 2010

Cristiano no es imbécil, aunque todos se empeñen en que lo parezca

Por Nunn
Todos tenemos ese amigo. Es un gran tipo, un buenazo, el típico tío al que casarías con tu hermana. Ese muchacho que, eso sí, pierde los papeles un poco cuando juega al fútbol. Se pica, siempre se medio pega con los otros o se pasa la puta vida protestando al árbitro. El que te avergüenza cuando conoces a la gente del equipo de enfrente, y al que tienes que
excusar ante ellos cada vez que jugáis.

Tú sabes que tu amigo es un buenazo. Incluso tontea con tu hermana pequeña y hasta te agrada la idea. Pero explícale tú a la gente que sólo lo conoce jugando al fútbol que no es como parece.

Y este párrafo absurdo nos lleva a Cristiano Ronaldo.

Bwin invitó a FNF a una mini rueda de prensa con unos escogidos bloggers. Los protas, los dos mejores jugadores del Real Madrid: Xabi Alonso y Cristiano Ronaldo. Un lujazo. Una oportunidad para dejar de criticar a los periodistas deportivos que cada día se pelan de frío en Valdebebas y sacar pecho: "Verás las 'peazo' preguntas que les voy a hacer. Un Ondas no ganaré porque no trabajo en PRISA, pero un Pulitzer...", me decía.
Elaboré mi cuestionario para los jugadores. De ahí, el departamento de prensa del Real Madrid escogería tres cuestiones. En total. Para los dos. "Vale, el Pulitzer no, pero el TP de Oro...", pensaba.

Una de seres mononeuronales

Mandé un montón de preguntas, algunas buenas, otras menos inspiradas y unas cuantas algo tópicas y de relleno. El Real Madrid, claro, escogió estas últimas. Las que se dejaron fuera le daban una vuelta a la entrevista normal tipo "cómo-has-visto-el-partido" / "mejor-en-la-segunda-parte". Ayudaban a conocer a los personajes sin meterse en su vida privada. Preguntas que, quizá, hicieran pensar a los entrevistados y, quizá, les harían parecer algo más que seres mononeuronales que sólo piensan que hay que seguir trabajando para que el míster confíe en ti y que lo importante son los tres puntos y que...
Aun así, la lié un poco. A Xabi Alonso le pedí que dijera qué jugador del Barça ficharía, "pero teniendo en cuenta que tendrías que quitar a uno del Madrid". "A esa no te respondo porque luego se saca un titular y...", respondió, el muy cuco. No esperaba menos. Xabi es inteligente, irónico e inquieto. Un grande en todos los aspectos. Lo demostró. "¡A mí un Albiol!", pensé.

Y a Cristiano le hice una reflexión bastante boba. "Muchos te identifican con Mourinho en lo futbolístico. Con él juegas mucho mejor, estás más a gusto, metes más goles. Pero da la sensación de que tu identificación con él también es personal, que te sientes a gusto porque personalmente sois parecidos, tenéis caracteres similares. ¿Es así?", pregunté, más o menos. El comienzo de su respuesta aterró, según me dijeron, a quienes controlaban la comunicación del Madrid en ese momento. Paró durante dos segundos y comenzó: "Nunca lo había pensado", dijo, y después añadió que quizá tuviera que ver con que los dos son portugueses y no sé qué más. Si hubiera podido repreguntar, habríamos llegado a una buena conclusión.

Cristiano no es imbécil. Ni mucho menos.
Es padre y se ha querido hacer cargo de su hijo, y tengo la sensación de que con media hora de charla podría, más o menos, mostrar todo eso que se ve fuera del fútbol. Esa parte de su personalidad por la que, quizá, querría que Cristiano saliera de vez en cuando con mi hermana pequeña. Pero nadie de quienes lo rodean quieren que se le hagan preguntas de ésas que descartó el Real Madrid. Preguntas que no le eran incómodas, que no se metían en su vida privada. Preguntas que él, seguro, querría contestar porque así se podría ver que Cristiano no es el imbécil que, a veces, parece en un campo de fútbol.

Pero los que controlan sus apariciones públicas, todos, quieren que parezca un tipo fuerte, seguro, que habla de lo que sabe, que no duda. Que se mete en lo suyo y ya. Eso sí, si el resto del mundo sólo ve la parte de su carácter que se desarrolla en un campo de fútbol, la que hace que te avergüences hasta de un buen amigo, parecerá un imbécil toda la vida. Y explícales tú que están equivocados.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Jack ‘el pescador’ y los papúes del Hekari United

Por Sopenilla
Si algo caracteriza al fútbol como deporte de masas es su capacidad para generar expectativas. La FIFA, consciente de que esta máxima es universal y de que, por tanto, se puede traducir en billetes, decidió hace un tiempo reconvertir el formato de la Copa Intercontinental en un torneo oficiosamente denominado como mundialito de clubes. Pues bien, por primera vez en la historia, el representante oceánico en la cita del próximo mes en Abu Dhabi no procede de ninguno de los dos países que abanderan el continente, sino del vasto archipiélago que lo circunda. Hablamos del Hekari United de Papúa Nueva Guinea.

La verdad es que la pelota más redonda que conocen los habitantes de esta isla del Pacífico tiene forma ovalada. Ni tan siquiera su combinado nacional, tan alejado de las selecciones que encabezan el ranking mundial como Zurich lo está de nuestras antípodas, participó en la fase previa de clasificación para Sudáfrica. Pese a todo, antes de que los folletos de una agencia de viajes acabaran promocionándola como destino turístico y/o literario de Sánchez Dragó, Port Moresby se aseguró ser el epicentro del exotismo futbolístico que se reunirá en unas semanas en los Emiratos Árabes.

Todo sucedió el pasado mes de mayo, momento en el que el Hekari se ganó el derecho a aparecer en los espacios deportivos de medio mundo. Lo suyo fue una especie de “Alcorconazo” de ultramar. El Real Madrid de turno era, en este caso, el Waitakere United neozelandés. Los “kiwis”, dirigidos por el jugador-entrenador Neil Emblen –futbolista franquicia del Crystal Palace en los tiempos en que este histórico se dejaba ver por la Premier– partían como grandes favoritos para llevarse la OFC Champions League, tras dejar atrás en la fase de grupos al otro gran “coco” de la competición, sus vecinos del Auckland United.

En las cuatro ediciones que se llevaban disputadas de este sucedáneo oceánico de la Liga de Campeones europea, ambos conjuntos neozelandeses se habían repartido el título. Fue en la pasada campaña 09/10 cuando la participación se amplió de seis a ocho equipos, divididos en dos grupos. No se sabe si, en un guiño interesado al azar, los dos máximos aspirantes quedaron enrolados por la misma parte del cuadro. El caso es que el partido decisivo entre ambos acabó en empate (2-2), y fue la diferencia de goles lo que a la postre hizo finalista al Waitakere.

En esa última ronda esperaba el Hekari, un club con tan sólo siete años de historia que curiosamente había comenzado la competición con un empate a 3-3 en casa del Tafea de Vanuatu y una derrota en su propio feudo por 1-2 ante el Lautoka, actual campeón de Fiyi. No obstante, el representante papú se rehizo de estos malos resultados, y logró encadenar cuatro victorias consecutivas que le valieron para terminar por delante del Lautoka por tan sólo un punto de ventaja.


“O percebeiro do gol”

En esta reacción tuvo mucho que ver su delantero Kema Jack, un antiguo pescador local que finalizó “pichichi” de la O-League, empatado a siete tantos con el ariete del Auckland City Daniel Koprivcic. Dos de ellos llegaron precisamente en el partido de ida de la final, celebrado ante su público. Los 15.000 asistentes que congregó el encuentro fueron testigos de cómo los suyos afrontarían la vuelta con un 3-0 de ventaja.


El Waitakere ya tenía experiencia de remontar en el partido de vuelta de la final. Quizá por ello, desecharon la idea de recurrir a la haka o al “espíritu Juanito” como modo de suscitar cierto miedo escénico en su rival. El tempranero gol de su jugador-entrenador Neil Emblen en el minuto 3 parecía aprobar la sensatez de esa decisión. Sin embargo, Alick Maemae –la estrella salomonense del Hekari– provocó una pena máxima que supuso la tercera diana de Jack en el cómputo global de la eliminatoria. Con más de una hora de juego por delante, los locales no fueron capaces más que de poner un poco emoción a cinco minutos del pitido final, con un postrero e inútil segundo tanto.

La hazaña tuvo como recompensa un pasaje para Abu Dhabi valorado en 500.000 dólares, una financiación extra a la ya recibida por parte de la empresa petrolífera que le da nombre a la entidad papú. Todo ello, con independencia de lo que los isleños puedan hacer en los dos partidos que les restan antes de poder medirse a los dos escuadras “Internacionales”, la de Milan y la de Portoalegre: en primer lugar ante el campeón local, el Al Wahda S.C.C.; y, en caso de victoria, ante un posible rival de una terna compuesta entre el campeón asiático, africano y el Pachuca mexicano, vencedor en la edición entre equipos de la CONCACAF.

Sin duda, el histórico evento del próximo mes de diciembre ha monopolizado la agenda del Hekari, que optó por aprovechar el parón veraniego de la competición doméstica (Papua New Guinea National Soccer League) para realizar una gira de preparación por el norte de Australia. Dentro de un mes no podrán contar con el decisivo Maemae, traspasado al conjunto vanuato del Amical F. C. Quién sabe si, entonces, la figura de Kema Jack volverá a ser portada por calzarse la bota de oro intercontinental.