martes, 22 de mayo de 2012

Locos por las (pre) selecciones




Por snedecor
“Una lista de 23 jugadores debe estar en posesión de la administración de la UEFA al menos diez días antes del partido inaugural de la fase final. Tres de esos 23 jugadores deberán ser porteros” (Artículo 17.04 del Reglamento de la Euro2012).

Y ya está. La UEFA lo deja bien claro en su reglamento: le basta con que le digan quién va a jugar la Eurocopa 10 días antes de que empiece. Ni listas previas ni relaciones de reservas, nada: si alguno de esos 23 futbolistas se lesionara de gravedad antes del debut de su selección no hay ningún tipo de restricción para elegir a su sustituto. Podrías tenerlo encerrado en un bunker o tener que ir a buscarlo a la isla tropical donde estuviera pasando sus vacaciones, que a la UEFA le da igual: con que pase el reconocimiento médico le sobra. Puestos a elegir, los seleccionadores prefieren tener a los hipotéticos recambios en su bunker (cosa entendible, vale), pero óiganme, señores seleccionadores nacionales: si la UEFA sólo les exige presentar la lista definitiva de convocados, no nos vuelvan locos. Por favor se lo pido.

Suecia, Irlanda, Portugal e Inglaterra decidieron hacernos un favor a todos y han anunciado directamente a sus 23 elegidos, aunque tras oír su comentario sobre Pirlo y Ambrosini y ver que en su lista están Terry, Downing, Carroll y un portero de segunda no nos queda muy claro si Roy Hodgson sabe realmente a quién ha llamado. Luego cada maestrillo tiene su librillo y después de una temporada larga e intensa es normal que los técnicos tengan alguna duda, que quieran ver más de cerca en qué estado llegan algunos futbolistas o que les apetezca dar un premio a algún chaval que despunte, así que preselecciones de 26 o 27 jugadores como las de Alemania, Rusia o Croacia tienen un pase. Aceptamos barco como animal acuático. Pero lo que está ocurriendo en estas primeras semanas de mayo con el resto de selecciones es un auténtico sindiós.

Prandelli ha llamdo nada menos que a 32 futbolistas para la azzurra (incluyendo también a alguno de segunda) y Van Marwijk dio el nombre de 36 holandeses para dejarlos en 27 apenas una semana después y sin entrenamientos de por medio. A eso lo llamo yo tener las ideas claras. En el otro extremo están Francia y Grecia, que primero anunciaron sólo los convocados que no juegan en sus respectivas ligas nacionales: apenas una docena por barba. ¿Para qué hacer públicas unas listas así? Ni ellos lo saben. También se me escapan las razones por las que Dinamarca sólo citó de entrada a 20 de los 23 hombres que estarán en la Eurocopa. Igual, recordando el título del 92, quisieron esperar a que los demás estuvieran de vacaciones para convocarlos, pero ¿qué les costaría haber dado la lista completa (o una preselección mayor, si Olsen tenía dudas) de una sola vez? Misterios insondables de la humanidad. Por el contrario, el seleccionador checo me parece un tipo razonable: únicamente tiene que descartar a uno de los cuatro porteros presentes en su preselección de 24 jugadores. Así sí.

Más allá de los típicos problemas con las infraestructuras, los abusivos precios de los hoteles, las pintorescas protestas de FEMEN y los amagos de boicot político de la UE, parece que en los países anfitriones no quieren sorpresas: Ucrania y Polonia han convocado a 26 jugadores cada una, pero es que además otros 8 ucranianos y 7 polacos permanecerán oficialmente en la reserva mientras Blokhin y Smuda deciden qué tres futbolistas de sus respectivas listas “A” se quedan fuera. Estos suplentes de los suplentes ni siquiera estarán en las concentraciones previas de sus selecciones: han recibido la orden de mantenerse en forma por su cuenta (y con el móvil encendido y con cobertura, imagino), por si acaso tienen que llamarlos. Cosa muy poco probable, pues una plaga de lesiones como la que necesitarían para tener una oportunidad sólo la ha sufrido el equipo de béisbol que montó el señor Burns (bueno, y el Arsenal casi todos los años).

Y luego, por supuesto, está el caso español: 21 convocados para dos amistosos que deberían ser de preparación pero que sólo serán de recaudación, ya que la mitad de esos futbolistas no estarán en la lista definitiva que sí incluirá a los jugadores de Barça, Athletic y Chelsea (salvo sorpresa, entre 9 y 12 jugadores de los 23 saldrán de esos 3 clubes). Al menos nos queda el consuelo (?) de saber que lo nuestro no es precisamente un capricho de seleccionador. Vaya desde aquí nuestro más afectuoso saludo a don Ángel María y resto de responsables.

jueves, 17 de mayo de 2012

Titanic II y el cisma del soccer aussie


Por snedecor
En esta vida hay dos tipos de millonarios: los discretos y los que molan. Y Clive Frederick Palmer, de 58 años, el hombre más rico del estado de Queensland y quinta fortuna de Australia, es de los que molan (al menos si no se cruza en tu camino). Un hombre hecho a sí mismo, de los que dejan la Universidad antes de graduarse viendo que donde de verdad se gana dinero es fuera de ella (por ejemplo en el mercado inmobiliario), y que no deja ningún palo sin tocar: del ladrillo se pasó a la minería, donde multiplicó su fortuna, y con las ganancias metió la cabeza en política (amén de relacionarse con las más altas esferas australianas presume de haber entablado amistad con Ted Kennedy y Mijail Gorbachov).

Palmer también es uno de esos excéntricos magnates acostumbrados a dar jugosos titulares: recientemente afirmó que Greenpeace es un instrumento de la CIA para boicotear los intereses económicos de los rivales de Estados Unidos, y hace un par de semanas saltaba a los periódicos de todo el mundo gracias a su último proyecto, construir una réplica del Titanic que sea capaz de mantenerse a flote durante más de un viaje (más que nada, por aquello de hacerlo rentable). Sí, Amancio Ortega será más rico, pero es infinitamente más aburrido.

Aunque el promotor se ha cuidado mucho de dar cifras, se dice que el nuevo barco (que estaría listo para 2016) costaría unos 3.000 millones de dólares, y eso a pesar de que se fabricará en los teóricamente baratos astilleros chinos de Nanjing. Siempre, claro está, que se firme el contrato, cosa que de momento parece que aún no se ha hecho. Minucias. Palmer lleva tiempo convencido de que el futuro (al menos el suyo) pasa por el gigante asiático: sus empresas mineras firmaron en la pasada década billonarios acuerdos con sociedades estatales chinas para que éstas puedan extraer materiales del rico subsuelo australiano. Y dentro de su estrategia de acercamiento a China, el fútbol fue otro puente.

Libertad de expresión

Con la entrada de Australia en la Confederación Asiática (AFC) en 2006, Clive Palmer vio abierta una magnífica vía de promoción en todo el continente y en 2008 adquirió una franquicia en la liga australiana, fundando el Gold Coast United con la esperanza (imagino) de que la participación en torneos continentales y los contactos surgidos alrededor de la AFC le ayudaran a forjar alianzas estratégicas para sus empresas. Desconocemos si logró esos objetivos; lo que sí sabemos es que la A-League, una competición ideada al estilo empresarial de la MLS estadounidense, no ha acabado de despegar en el país de los canguros, y que un personaje como Palmer no iba a quedarse de brazos cruzados viendo cómo eran otros los que manejaban (mal, bajo su punto de vista) un cotarro que a él le costaba sus buenos dineros.

Desde el primer día la relación entre Palmer y la Federación Australiana (FFA) ha sido un constante tira y afloja por el poder y la gestión económica de la A-League, hasta que la cosa pasó de simples encontronazos (resueltos a base de multas) a las descalificaciones personales. Entonces la FFA cortó por lo sano y a finales de febrero, con la liga en su tramo final, decidió revocar la licencia del Gold Coast United después de que el equipo se presentara a un partido con el lema “libertad de expresión” impreso en sus camisetas y en todas las vallas del estadio. Pero si los dirigentes de la federación pensaban que así acabarían con el problema, se equivocaron. Porque Palmer no tardó ni dos minutos (y no es una frase hecha) en anunciar la creación de un nuevo organismo futbolístico paralelo a la Federación para defender los verdaderos intereses del soccer australiano (según los entiende Clive Palmer, claro). De paso, siguió acusando a los directivos de la FFA de ser unos ineptos dictadores incapaces de organizar un torneo rentable.

En un primer momento los tribunales australianos ratificaron la decisión de la FFA porque, en su afán por reducir los costes de una inversión que ya se le antojaba ruinosa, Palmer había incumplido varias estipulaciones del contrato de franquicia. Pero él, fiel a su estilo, sigue tocando las narices. Por ejemplo, en abril cerró un acuerdo de patrocinio con uno de los equipos más conocidos (y económicamente más necesitados) de la A-League: el Adelaide United cobraría 300.000 dólares australianos por llevar en sus partidos de la Champions League asiática el emblema de “Football of Australia”, la organización creada por el magnate para competir con la Federación. Para sorpresa de la FFA, la Confederación Asiática aprobó el patrocinio pese a tratarse de una clara afrenta a uno de sus asociados, y fue necesaria una queja oficial de la Federación explicando las connotaciones políticas del logotipo para que, en el último minuto, la AFC revocara su primera decisión.

Seguramente la FFA no ha gestionado del todo bien la A-League, como también está claro que Palmer no ha tenido precisamente el éxito que esperaba con su equipito, pero el caso es que en el soccer australiano se ha abierto la caja de los truenos. Poco después de la expulsión del Gold Coast (que será sustituido por un equipo de nueva creación en Sidney, totalmente financiado por la liga), otro millonario, Nathan Tinkler, decidió renunciar a la propiedad del Newcastle Jets por discrepancias con la gestión de la FFA: al igual que Palmer, había invertido unos 20 millones de dólares en la A-League para no tener ni voz ni voto ni beneficio. Con la espantada de Tinkler la liga no sólo debía encontrar otro inversor dispuesto a comprar su franquicia para seguir teniendo 10 equipos, sino que también perdía un importante acuerdo de patrocinio con la distribuidora de bebidas propiedad de Tinkler. Y eso, cuando Fox Sports ya había dicho que no iba a pagar por los derechos televisivos de la A-League las cantidades inicialmente firmadas, basadas en unas perspectivas sobre las audiencias que se han demostrado demasiado optimistas, era casi como toparse con un iceberg en medio del Atlántico durante una oscura noche de abril.

Pero tras un mes de tensión, amenazas cruzadas de demandas y declaraciones altisonantes, la A-League ha reconducido la situación con Tinkler y éste vuelve a ser propietario de Newcastle Jets, con lo que al menos la FFA ha cerrado una de las vías de agua que se le habían abierto a su buque insignia. Mientras tanto, Clive Palmer recorre la isla-continente buscando adhesiones a su nueva organización (que ahora, para evitar represalias a quienes la apoyen, vende como una inocente mesa de diálogo para mejorar la situación del soccer en las antípodas) y acaba de demandar a la FFA por daños y perjuicios: reclama 22 millones como indemnización por la retirada de la licencia al Gold Coast United. Es más o menos lo que invirtió en la franquicia, porque Palmer no se hizo rico a fuerza de palmar pasta. Si gana, esperemos que destine al menos una parte a comprar para su Titanic más botes salvavidas de los que llevaba el original. Por si acaso.

jueves, 3 de mayo de 2012

El coto privado de ‘el Paloma’


Por Sopenilla
Dicen quienes lo vivieron que a Adolfo Suárez nunca le perdonaron su falta de pedigrí. Frente a un Garrigues-Walker como Joaquín, lo suyo no dejaba de ser una inclinación adictiva al poder. Poco importó, por tanto, que su flor en la toma de grandes decisiones rebajara a la postre esa ambición desmedida. En la España de finales de los setenta, con una democracia a cuestas recién estrenada, la figura de un self-made man a la americana resultaba demasiado hollywoodiense en comparación con el enchufismo castizo.
Nada que no se curase con el tiempo. Cuando el modelo autonómico cuajó en el trasvase de competencias, y las arcas del Estado empezaron a vaciarse, el argumento devino al fin en relato. El flujo crediticio echó a correr parejo con las recalificaciones, y los que hasta entonces no habían visto en la tierra más que una herencia baldía no tardaron en sospechar que, detrás de ese bien inmueble, se hallaba una vía de ascenso social.

Con el esfuerzo que caracteriza al cono sur europeo, bastó el salvoconducto legal de las SAD para que toda una constelación de nuevos empresarios descollase. Encabezados por el difunto Jesús Gil, y ayudados por esas tribunas que ganaron cuota televisiva a base de airear secretos de alcoba, desfilarían por los palcos de 1ª y 2ª advenedizos de todo tipo y condición. Desde un Ruiz-Mateos hasta un Ruiz de Lopera. La lista es conocida y daría para llenar un centro penitenciario. Pero, puestos a escoger, en FNF preferimos quedarnos con el último baluarte hasta la fecha de esa legión de oligarcas. Aunque para ello haya que bucear en la liga Adelante.

El racinguista Pernía colgó los hábitos para acabar subiéndose a un A8. Los orígenes de Paco Gómez, en cambio, lo sitúan yendo a por uvas con 14 años. Primero en Francia y, más tarde, en Suiza. En su retorno a la patria que le vio partir, haría las veces de encofrador. Pero la clave de que los ceros aflorasen en su cuenta corriente no la tuvo la paleta, sino esa especie de bando municipal identificado con las siglas PGOU que multiplicó por diez el valor de unos pocos metros cuadrados.

La cosecha de billetes puso los cimientos de Invercón, el holding con el que, de la mano de urbanizaciones y campos de golf, se hizo un hueco en el sector de la construcción. En cuanto ‘el Paloma’ –como es conocido– amplió su emporio al negocio que le dio su primera paga, la veda para poner coto a un club de fútbol quedó abierta. Abonó el terreno con el Orihuela, el Toledo, el Eldense e, incluso, con el Oviedo –del que aún conserva el 5% de sus acciones–, y se decantó finalmente por el Cartagena.


Proyectazo, a la espera del Villarreal

De su incursión en el entonces Cartagonova se cumple ya casi una década. Al preguntarle por los motivos de aquella decisión, suele asegurar que actuó un tanto engañado. “Como a un chino”, para ser más exactos, dando a entender que la acumulación de deudas a las que debió hacer frente tras su llegada –hasta un total de 700 millones de las antiguas pesetas– fue un acto de filantropía. Lo que está claro es que, con el tiempo, el supuesto desinterés se tornó en carta blanca para jugar con su patrimonio. Cual Briatore al mando de la escudería blanquiazul del QPR.

En España siempre hay un hombre que lo hace todo, y ese hombre en el equipo portuario ha sido, desde 2003, Paco Gómez. Bajo su presidencia, su vara de mando se ha cobrado cuatro directores deportivos. A día de hoy, él mismo realiza esa función después que David Buitrago, el último en aceptar el puesto, fuera enviado a la cola del INEM por culpa de unas cartas astrales. Antes de que otros se lleven crudo el dinero de ‘el Paloma’, mejor que lo haga una pitonisa.

Lo sucedido anteriormente con Pepe Murcia, Daniel Golpe o Miguel Montes Torrecilla, tendría su propia secuela en la configuración de las sucesivas plantillas. Ciertamente, desde que Gómez lo adquiriese, el cuadro murciano no ha parado de crecer. Pero es posible que el aura de JIM, que dejó al Efesé al borde de los play-offs de ascenso antes de acaparar flashes con el Levante, contribuyera a despistarle. Convencido de que los suyos se habían dejado llevar en el tramo final de la pasada campaña, incorporó hasta un total de 16 jugadores al comienzo de ésta.

Tampoco es que fuese algo llamativo. A lo largo de su mandato, el balance de altas y bajas habla de medio centenar de fichas por una decena de técnicos. El resultado está a la vista. Mientras Iván Bolado apura sus días en el CSKA búlgaro tras su excursión guineana a la Copa de África, el Cartagena ocupa el farolillo rojo a trece puntos de la salvación. La imagen de “proyectazo” ya planea en todas las esferas de la ciudad. Así que, a estas alturas, sólo hay margen para invocar un hipotético descenso del Villarreal que arrastre consigo el de su equipo filial.

Una vidente también se cruzaría en la vida de Suárez prediciendo que terminaría en la Moncloa. En el caso de Gómez, imputado por prevaricación en el caso de Las Navas del Marqués, no parece que vaya a acabar sus días admirado por todos y con un ducado bajo el brazo.