Por snedecor
Supongo que no es fácil ganar un Mundial, sobre todo si no sabes cómo se hace una cosa parecida. Por fortuna para nosotros, hace años que en España se vienen haciendo bastante bien las cosas con las selecciones inferiores, y por eso no debe ser casualidad que el año pasado en el podio del Soccer City de Johannesburgo se juntaran unos cuantos medallistas olímpicos, muchos campeones de Europa en distintas categorías y un subcampeón y 3 campeones del mundo sub’20. Sólo Valdés, Arbeloa, Busquets, Navas, Villa y Pedro desconocían lo que era estar en un gran campeonato juvenil.
Pero hoy no vamos a hablar de nuestra exitosa cantera que tantas alegrías nos sigue dando. Eso sería caer en un chauvinismo que no pega demasiado con nuestra idiosincrasia nacional, ni desde luego con la línea editorial (?) de FNF. Por eso vamos a hacer algo verdaderamente español: meternos con los ingleses.
Puede que en las islas los buenos futbolistas despunten más tarde, que los seleccionadores de las categorías inferiores se pasen más tiempo tomando pintas en un pub que recorriendo los campos del país, o puede que todo se deba a la falta de autoridad de la FA sobre sus clubes (cuando un torneo internacional coincide con parte de la temporada, cosa que ocurre con mucha frecuencia, los equipos suelen impedir que los jugadores que ya están en su primera plantilla se vayan con la selección), pero el caso es que el papel de Inglaterra en la historia de los Mundiales juveniles no pasa de mediocre.
No es que no tengan buenas promesas (cosa que también se podría discutir), es que esas promesas rara vez acuden a estas citas. Y así parece francamente difícil que algún día los inventores del fútbol puedan alcanzar en un torneo absoluto ese éxito que tanto ansían. Vale, triunfar en inferiores tampoco garantiza nada (Argentina ganó 5 mundiales sub’20 entre 1995 y 2007 y ya vemos de qué le ha servido), pero digo yo, viendo a nuestra Selección, que algo influirá.
Ni Cole, ni Barmby, ni Owen
Inglaterra no logró clasificarse para los dos primeros Mundiales Sub’20 (Túnez’77 y Japón’79), pero en su primera participación, en Australia’81, acabó cuarta tras perder con Rumanía la final de consolación. Un resultado notable sólo empañado por el hecho de que en semis había sido eliminada por unos qataríes aún más desconocidos que los componentes de aquella selección inglesa: sólo Danny Wallace (una internacionalidad) y Neil Webb (26 partidos, incluyendo el Mundial de Italia’90 y la Euro de Suecia’92) llegarían a jugar después con la absoluta.
Tras perderse el siguiente Mundial (México’83) Inglaterra volvió a clasificarse para el de la Unión Soviética en 1985. Allí, mientras los Unzué, Patxi Ferreira, Fernando Gómez Colomer, Jose Aurelio Gay, Nayim o Sebastián Losada se hacían con un meritorio subcampeonato (España perdió en la prórroga ante Brasil), sus colegas ingleses se iban a casa a las primeras de cambio, tras perder con China y México y arañar un empate a dos ante Paraguay. Si todavía se habla con sus compañeros de expedición, seguro que Michael Thomas (ex defensa de Arsenal y Liverpool) no deja de presumir de sus 2 partidos con la absoluta: es el único de aquel equipo inglés que llegó a debutar con los mayores.
Inglaterra no volvió a un Mundial juvenil hasta Portugal’91. Esta vez sí había varios jugadores que luego llegarían a la absoluta: concretamente dos, el portero Ian Walker y el mítico delantero Andy Cole. Otros futbolistas, como Steve Harkness, Lee Clark, Scott Minto o Chris Bart Williams tuvieron una larga carrera en la Premier, pero ni por esas. Encuadrada en el mismo grupo que España, Inglaterra perdió ante los nuestros el primer partido y luego fue incapaz de ganar a Siria y Uruguay, quedando nuevamente eliminada en la primera fase.
La FIFA tuvo que volver a organizar un campeonato en Australia para que los líderes de la Commonwealth hicieran otro papel digno: nuevamente semifinalistas, como en el 81. Esta vez acabaron terceros tras perder con Ghana y derrotar a los anfitriones en el tercer y cuarto puesto. Nick Barmby y Nicky Butt estaban en aquella selección de 1993, aunque con un papel muy secundario. Salvo David Unsworth, que jugó un amistoso ante Japón en Wembley en el 95, el resto missing (internacionalmente hablando, se entiende).
Para no perder las costumbres, Inglaterra volvió a faltar a la siguiente cita, la de Qatar’95. Y el punto de inflexión llegó en Malasia’97. El torneo se jugaba en junio, con las competiciones nacionales concluidas, y por ello Inglaterra llevó una selección extremadamente competitiva, con muchos jugadores que ya comenzaban a asomar en las plantillas de la Premier y que acabarían llegando a la absoluta. Allí estaban Matthew Upson, Jamie Carragher, Kieron Dyer, Danny Murphy y, por encima de todos, Michael Owen, amén de otros que no dieron el salto internacional pero sí se han dejado ver en Premier, como Jody Morris, Ronnie Wallwork, John Curtis o Jason Euell.
Pleno de victorias en la fase de grupos ante Costa de Marfil, Emiratos Árabes y México, con hat-trick de Murphy ante los árabes y un Owen estelar con un gol en cada partido. Con ocho goles a favor por ninguno en contra y la sensación de estar viendo a un candidato serio al título, sólo fallaba un pequeño detalle: que seguía siendo Inglaterra, y que aquello seguía siendo un Mundial juvenil que no se jugaba en Australia.
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lunes, 8 de agosto de 2011
El papelón inglés (I)
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jaja que foto, esa foto vale más que mil palabras como lo dice bien el dicho, pobre aficionado llorando por otra descalificación de su equipo
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