Por snedecor
Suerte tenemos de que el icono de esta Copa del Rey trabaje para Caja Círculo y no para, es un decir, el Banco Santander, el BBVA o similar: a estas alturas tendríamos la publicidad del Súper Depósito Pablo Infante (habría que darle alguna vuelta más al nombre, lo sé) hasta en la sopa. En cualquier caso, los 15 minutos (largos) de fama que está acumulando el capitán del Mirandés servirán para que la gesta de su equipo no caiga en el olvido. Porque ya es seguro que dentro de unos años, cuando las cámaras hayan dejado de acudir a su oficina de Quincoces de Yuso (hasta ese pueblo se está haciendo famoso), seguiremos acordándonos de aquel modesto equipo de Segunda B que se plantó en unas semifinales de Copa. No recordaremos el año, puede que confundamos alguno de los rivales que dejaron en el camino, pero tendremos fresca en la retina la imagen y la historia de ese calvo genial capaz de colocarte una hipoteca y liquidar a un Primera en menos de doce horas.
Pablo Infante, su reluciente calva y su anodino trabajo en un banco son el pasaporte del Mirandés a la eternidad. Pase lo que pase en semifinales (y sobre todo si pasa el que por lógica no tendría que pasar) el equipo burgalés ya ha hecho historia, pero convendremos todos en que hay historias de la Historia que se nos graban en la memoria y otras que sólo quedan anotadas en los libros, esperando que alguien las encuentre. Y sólo hay que bucear un poco en nuestras mentes para encontrar los ejemplos. Porque si hablamos de carrerones coperos de equipos de Segunda B, el primer nombre que nos viene a todos a la cabeza es del Numancia. ¿Por qué? ¿Porque llegó a cuartos eliminando a tres primeras a ida y vuelta, y llegó a poner en apuros a todo un Barça? ¿Sólo por eso?
Pues no. Su gesta se nos grabó a fuego simplemente por el nombre del equipo, Numancia, por todo el significado histórico que atesora. Dos mil años después, la heroica resistencia de un pueblo diminuto frente a un gigante invasor, esa historia que todos aprendemos en el colegio y que contribuye a formar nuestro espíritu hispano más patriótico (?), se trasladó al escenario donde se disputan ahora esas batallas: un campo de fútbol. Imposible no emocionarse. A eso sumémosle que aún no he conocido a nadie que tenga algo en contra de Soria (factor importante para que la simpatía por el equipo se contagie a todos los rincones del país) y que en pleno estallido de la liga de las estrellas un veterano trotamundos del fútbol modesto accedió a grabar la experiencia con su cámara casera para un programa de televisión, y nos encontraremos con todo un fenómeno mediático imposible de olvidar. Puro marketing directo al corazón.
Matagigantes en el olvido
El ejemplo más reciente de que la memoria es selectiva y caprichosa (y tremendamente influenciable por los medios) lo encontramos en Alcorcón. ¿Qué diferencia al equipo de Anquela del histórico (este sí y con todas las letras) Real Unión que consiguió la misma hazaña un año antes? Pues que el 4-0 de la ida se logró ante el primer proyecto del segundo advenimiento de Florentino, que el Marca (vaya usted a saber por qué) estaba como loco por meterle mano al ingeniero Pellegrini y que alguien tuvo la feliz ocurrencia de bautizar el revolcón como “alcorconazo”. De ahí en adelante, cualquier eliminación vergonzante nos remitirá a aquella mágica noche en Santo Domingo. Ni Real Unión ni Toledo (matagigantes original) tuvieron tanta suerte, aunque al menos el nombre de este último sonará cada vez que alguien abogue por volver a las eliminatorias a partido único.
Todo esto viene a cuento de que la hazaña del Mirandés tiene un precedente que (casi) nadie recordaba y que a todos nos ha hecho levantar la ceja con una mezcla de desconocimiento e incredulidad. Porque al revisar los libros en los que queda grabada toda la Historia nos hemos encontrado con el ejemplo contrario, el de una de esas grandes historias que no llegan a calar en el imaginario popular: la historia del Figueres, primer equipo de Segunda B en plantarse en unas semifinales coperas (lo del Deportivo Logroño en el 31 me permitiréis que no lo cite). Sólo han pasado 10 años, pero apuesto a que nadie sería capaz de dar un solo detalle de aquella gesta sin tirar de hemeroteca, y eso que por el camino derrotó al Barcelona.
Que el de Rexach fuera uno de los Barças más olvidables de la historia, que esa eliminación fuese en la primera ronda, en casa y a partido único, que luego apeara “sólo” a Osasuna, Novelda y Córdoba antes de caer dignamente ante el Deportivo… todo contribuye a la falta de un referente mediático que ayude al gran público a recordar su historia. Porque esa copa no es la del Figueres, sino la del Centenariazo. ¿A que esa nos suena más?
Porca miseria llegar hasta donde nadie había llegado jamás para que sólo te recuerden cuando alguien te iguala, pero ya se sabe: unos nacen con estrella y otros estrellados. Y si tras la aventura copera Numancia y Alcorcón llegaron al fútbol profesional (y el Mirandés parece estar en buen camino), al Figueres la vida tampoco le ha sonreído desde entonces. Adquirido en 2006 por el dueño de una casa de apuestas online, el club acabó trasladado a Castelldefels y fue refundado en 2007. Hoy está en Regional Preferente y nadie parece apesadumbrarse demasiado porque, seamos sinceros, al Figueres nadie lo recuerda. No le hubiera venido mal tener en su plantilla a un empleado de banca. O a un corredor de seguros. Algo.
Tweet
viernes, 27 de enero de 2012
De copas y recuerdos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Toda la razón, aunque algunos si nos acordamos de algunas de estas gestas. Me he acordado bastante del Figueres estos días, aunque no recordaba ni su trayectoria ni que fueron uno de los que echaron al Barça (como el Novelda) aquellos años. Más bien me vino a la mente por caer ante el Depor en semis de la Copa hace 10 años.
ResponderEliminarPeor es lo de mi Málaga que nos ha echado el Ceuta 2 o 3 veces la pasada década. Pá matarse!
Saludos!
Y del Guadix que? Se cargó al VCF subcampeón de europa, y que iba camino de la final de Milán. Además lo hizo siendo colista de su grupo de Segunda B.
ResponderEliminarBuen artículo, al Figueres se le dio poca bola pero no se si alguno de sus partidos se retransmitió en abierto como si paso con el Numancia y su doble duelo con el Barca, eso hace mucho. Lo que no recordaba es que con el Depor fue 0-1 y 1-1, se quedaron a un gol de pasar a la final, increíble. Las hazañas del Mirandés estaban pasando un tanto desapercibidas hasta que la gente vio el martes su partido con el Espanyol.
ResponderEliminarLo del Alcorcón mucha culpa fue el resultado, un 4-0 de un 2ªB al Madrid parecía imposible.
Gracias por los comentarios. Quizás he generalizado demasiado en lo del Figueres y obviamente habrá gente que si lo recordaba sin necesidad de que el Mirandés se colase en semis (yo desde luego no). Ejemplos de eliminaciones sorprendentes hay muchos pero sólo quería mostrar por qué algunas las recordamos todos y otras sólo los más forofos de los equipos implicados. Y sí, la televisión en abierto ayuda mucho
ResponderEliminarjaja pero que momentos esos, algunos o por no decir la mayoría de la hinchada ya ha olvidado esos momentos, pero siempre es bueno recordarlos y tenerlos en mente
ResponderEliminar