jueves, 16 de diciembre de 2010

Mike Ashley: una urraca multimillonaria e incompetente

Por Halftown
15 de Agosto de 2009. Se respiraba incertidumbre en St James’s Park. Después de muchas tardes de gloria, los aficionados de Newcastle –las urracas- volvían al estadio para ver fútbol de segunda división. El mismo césped que había sido pisado por Alan Shearer, David Ginola o Pete Beardsley estaba a punto de recibir a los jugadores del Reading. El añito en el infierno de las Urracas había empezado mal, con un empate a nada en casa del WBA una semana antes. Ya no estaban Viduka, Owen ni Martins, que escaparon de la quema tras el descenso, ni Alan Shearer, que abandonó la nave poco después. Ni siquiera estaba ya Bobby Robson, víctima de un cáncer un par de semanas antes de empezar la liga.

El que sí estaba era Mike Ashley, un hooligan con 700 millones de libras en el banco que había comprado el club en 2007. Primero se dejó un pastizal en comprar el club. Después nombró a Dennis Wise (sí, ese Dennis Wise) director deportivo, que pagó locuras por medianías –Wise fue una muesca más en el revólver de Lendoiro, que le colocó a Xisco por más de 5 kilos- e incluso admitió haber pedido la cesión del valencianista Ignacio González después de verle en YouTube. Por último Ashley contrató al legendario Kevin Keegan sólo para darle la patada poco después. Con semejante estilo dirigente, a caballo entre Jesús Gil y Ochaíta, Ashley se encontraba con Coloccini como estrella y sin ingresos de televisión de la Premier League. Desmoralizado tras el descenso, Ashley publicó un anuncio en el que pedía sólo 100 millones de libras para quitarse el club de encima. Como era de esperar, la mayoría de las respuestas que recibió venían de sus vecinos de Sunderland, que se descojonaban de la risa.

Ante la falta de ofertas, Ashley tiró de los restos de la temporada anterior y encargó a un miembro del cuerpo técnico, Chris Hughton, que devolviera al club a la Premier. Hughton, irlandés, hizo casi toda su carrera de jugador en el Tottenham de los 80, y desde su retirada fue asistente de todos los managers que pasaron por White Hart Lane hasta que fue despedido tras perder en casa con el Getafe. Desde 2008 estaba en Newcastle, donde había ayudado a Kevin Keegan y Alan Shearer, además de hacer de apagafuegos ocasional. Conocido por su perfil dialogante y sus simpatías socialistas -una especie de Del Bosque de las Islas-, Hughton también resultaba la opción más barata para el banquillo de St James’ Park.

Aquel partido ante el Reading acabó con un 3-0 para el Newcastle. Después, el equipo siguió ganando y acabó volviendo a la Premier como campeón de liga.

¿Apostar a caballo ganador?

Convertido en un ídolo local, Ashley premió a Chris Hughton con el banquillo para la temporada 2010-2011. Regalo envenenado, pues el fichaje estrella del verano fue Sol Campbell, un jugador tan de vuelta que es uno de los únicos cuatro tíos que ha participado en más de 500 partidos de Premiership. Es increíble que un tipo como Mike Ashley, dueño de marcas como Dunlop, Lonsdale y Slazenger, y capaz de perder 129 millones de libras en acciones de HSBC en 2008 sin inmutarse, sea tan reacio a rascarse el bolsillo.

Aún así, el primer partido de liga se saldó con un set al Aston Villa con tres goles de Andy Carroll, el heredero del número 9 de Alan Shearer. Carroll, una bestia parda de 1,90 que parece más un sparring de Hulk Hogan que un jugador de fútbol, sacó petróleo de la temporada en el pozo. Apenas un año después de empezar a jugar con regularidad, Carroll ya es una estrella en su país, e incluso Capello le ha llevado a la selección. Lo cual, dicho sea de paso, no es mucho decir en un país que llevó a Emile Heskey al último Mundial.

El Newcastle de Hughton y Carroll siguió coleccionando sorpresas, como el 0-1 que rascó en el Emirates, e incluso se llevó el derbi ante el Sunderland con un demoledor 5-1. Sin embargo, después de una derrota en casa del WBA -justo el estadio donde Hughton había empezado su andadura la temporada anterior-, Mike Ashley decidió prescindir del manager irlandés. No le importó que el equipo navegase tranquilamente por mitad de la tabla. Tampoco que aficionados, prensa y jugadores –esa santísima trinidad- se le echaran al cuello todos a una. Ni siquiera que Hughton llevase un 56% de victorias desde que llegó a St James’s Park, por encima de los promedios de Rafa Benítez o del mítico entrenador de la Urracas, Kevin Keegan (los dos con un 55%).

Ashley, en lo que parece la locura definitiva, ha cerrado un contrato para las próximas cinco temporadas y media con Alan Pardew, un tipo que jamás ha pasado más de tres años en el mismo banquillo y que es más conocido en Inglaterra por sus peleas con Arsène Wenger que por los éxitos de sus equipos. De momento, en Bet365 las apuestas sobre Pardew en el banquillo del Newcastle en la 2015/2016 se pagan 16/1. Y su despido antes de acabar la temporada ya se cotiza a 11/4. Sin duda una gran oportunidad de negocio para un tipo como Mike Ashley.

2 comentarios:

  1. Me ha parecido un muy buen artículo en líneas generales, con toda la razón del mundo, aunque he de decir que hay algunas imprecisiones en el texto, sin gran importancia, eso sí.
    Yo también comenté el grave error que cometía Mike Ashley con la destitución de Hughton en mi blog sobre el Newcastle http://bitURL.net/awv7
    Saludos!

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  2. Joder, no lo sabía. Este tío está loco, no se conforma con haber hundido al Newcastle en la mierda, pero por dios, está loco de verdad. Si el Newcaslte está haciendo una temporada tremenda coño. Debía ser la primera vez en muchos años con un entredador durante cierto tiempo, intentando construir algo. Y quién este al que trae? Cuando bajó el Newcaslte el único consuelo era pensar que a lo mejor servía para empezar a hacer las cosas bien, de cero. Parecía que así se estaban haciendo, pero parece que no. Lo peor es la impotencia de saber que no se puede hacer nada.

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