jueves, 11 de agosto de 2011

De Bernard a Monsieur Bernard

Por Sopenilla
En los equipos anodinos, aquellos en los que confluye una trayectoria tan insulsa como longeva, las cosas (buenas o malas) nunca se suceden espaciadas. Por el contrario, tienden a solaparse en el tiempo, dando a entender que no hay hecho más extraordinario que el lento transcurrir de temporadas carentes de éxitos reseñables. Aunque L’Équipe sería capaz de llevar a portada a un club de la CFA 2, lo cierto es que el departamento de Maine y Loira nunca había concentrado tantas miradas desde que en el siglo XII Leonor de Aquitania diera brillo al condado de Anjou en razón de su matrimonio con Enrique II Plantagenet, rey de Inglaterra.

La culpa de que la ciudad de Angers haya recobrado la vida que tenía en plena Edad Media se debe al proceso judicial que ha condenado a dos años de prisión y 200.000 euros de multa a Willy Bernard, presidente y máximo accionista del SCO. Perjuicios deportivos al margen, la sentencia ha servido para ensombrecer –aún más, si cabe– el aura mesiánica que reviste a muchos directivos, sobre todo a aquellos provenientes del mundo empresarial. En España, donde la mayoría de los clubes están a la altura de las Cajas de Ahorros, la súplica es comprensible. En Francia, en cambio, parecía que el ejemplo del polifacético Bernard Tapie había cundido. La excepción, no obstante, ha venido a confirmar una regla que apunta a universal: el pelotazo no tiene fronteras.

En este sentido, poco ha importado que el conjunto blanquinegro pasara por ser una entidad saneada, y M. Bernard, por un joven emprendedor. Cuando uno aspira a imitar a Aulas, y los ingresos por subvenciones públicas no se distinguen de la facturación de tus propias empresas, la tentación no debe resultar fácilmente rechazable. Ni siquiera en el caso de que uno esté firmemente dispuesto a no mezclar el fútbol con los negocios, tal y como reconocía el acusado a la revista So Foot en mayo de 2008.

Por aquel entonces, Bernard ya figuraba como el presidente más joven del balompié galo. Una precocidad acorde con su ambición. Con 23 años, había levantado su primera compañía, ‘AB Fenêtres’, una firma dedicada a la comercialización de ventanas. Metida de lleno en plena burbuja inmobiliaria, la empresa no tardó en expandirse, alimentando consigo los planes de su propietario. Casualmente, en el momento en que se produjo su salida a bolsa, las cifras dejaron de cuadrar. Con apenas un lustro de vida, AB se declaró en suspensión de pagos. En teoría, todo se debía a la falta de crédito para hacer frente a la crisis del sector. La práctica hablaba, también por vía oficial, de una treintena de tiendas y dos centenares de empleados.

De ventanas a paneles solares

Pese al revés financiero, Bernard pudo adquirir sin problemas el Angers SCO tan sólo unos meses después de la quiebra. Instalado en el sillón presidencial, desviar fondos hacia su bolsillo fue mucho más asequible, aunque para destapar la trama hayan sido necesarios más de dos años de investigación y de escuchas telefónicas. El resultado es un sumario de ocho mil páginas que señala a ‘Next Generation’, la segunda empresa de Bernard, como el trampolín de un negocio personal que reportaba al mandatario un sueldo, según la estimación de la policía, de 50.000 euros al mes.

La nómina venía, fundamentalmente, de meter mano a las subvenciones públicas. De entrada, las que recibía el Angers SCO de parte de las distintas administraciones (Ayuntamiento, Consejo General y Consejo Regional): en total, entre las tres instituciones, casi un millón de euros anuales. Ya se ve que austeridad no es una palabra que sólo se debe predicar en el sur de Europa. En el noroeste francés, gobierno y oposición, a nivel municipal al menos, también se enfrentan por el modo en que se justifican algunas partidas presupuestarias.

El resto del salario corría a cargo del sistema de incentivos ideado desde Bruselas para impulsar las energías renovables. Tras su experiencia en el mercado de la vivienda, y quizá para justificar los folletos en los que aparecía como empresario modelo, Bernard entendió que convenía cambiar las ventanas por los paneles solares. Casualidad o no de nuevo, lo curioso es que ambas iniciativas hayan desembocado en el mismo punto. En palabras de sus responsables, tanto ‘AB Fenêtres’ como ‘Next Generation’ estaban en negociaciones para ser vendidas en vísperas de que la primera abandonase el parqué y la segunda se pusiera al descubierto como tapadera.

Lo mejor o lo peor de todo, según se mire, es que la apertura del proceso el pasado mes de abril ha coincidido con la época más dichosa del Angers SCO. Lo común, por otro lado, en algunos dirigentes. Hasta la entrada en escena de Bernard, y con la salvedad de una participación europea (UEFA) tras acabar cuarto en liga en 1972, el club acostumbraba a vagar por la Ligue 2.

Suya fue la decisión de rescatar de Toulon a Jean-Louis Garcia. Con él al frente, el ascenso ha estado más cerca que nunca. Incluso una semifinal copera, después que Girondins y Valenciennes hincaran la rodilla en el Jean Bouin. Pero el PSG, primero; y los tribunales, más tarde, impusieron cada uno su lógica.

Tras sortear un descenso deportivo a National, el SCO regresó el viernes a la competición de la mano de un técnico sin papeles y con la prohibición de realizar fichajes. Enfrente estuvo Le Havre, que se acabó llevando los tres puntos del estadio Jean Bouin. En el palco, aun a costa de haberse sentado en el banquillo de los acusados y ser todavía el máximo accionista, el que no estuvo fue Willy Bernard.

2 comentarios:

  1. Gran entrada, no conocía la historia y refleja bastante bien uno de los grandes problemas del fútbol profesional de hoy. Parece que las SADs y derivados no solo son un problema español.

    Enhorabuena por el blog, sinceramente me parece una de las mejores webs de fútbol. Una pena que no sea más conocida porque os lo mereceis. Y a ver si os prodigais más con los "footculture" y los "futbolismos"!

    Un saludo.

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  2. excelente reportaje y artículo amigo, en lo personal considero que tienes un talento para redactar estas cosas y creo que por eso te gusta tanto bloguear, seguí adelante!

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