lunes, 26 de abril de 2010

El desenlace más increíble de la historia



Por Nick Panzeri

El baloncesto es proclive a los finales enloquecidos. Y más aún si se juega en Grecia, Turquía o cualquier país de la antigua Yugoslavia, donde las aficiones juegan un papel determinante. Sin embargo, el último partido de la Liga Adriática lo supera todo.

Con ocho segundos para el final del Cibona-Partizan, los croatas atacan un punto abajo. Cuando el reloj agota su tiempo, un triple increíble desde la esquina de los de Zagrab provoca el delirio entre jugadores y afición, que invade la cancha para abrazar a sus jugadores.

Pero el reloj no estaba a cero. Todavía quedaban seis décimas que pasaron desapercibidas para los locales. Suficiente para que el Partizan sacara de fondo y lanzara desde su propia cancha un lanzamiento imposible que se coló en la canasta después de tocar la tabla.

Ni las cámaras se percataron del tiro de gracia serbio, entretenidas en la celebración local. Enloquecidos, los de Belgrado montan su fiesta alternativa en el medio de la cancha ante la incredulidad de los jugadores locales (memorables caras de Marko Tomas y Perasovic), perdidos en una reclamación finalmente inútil.

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