Por Sole Leyva
Allá por el 20 de octubre, el Atlético no jugaba ni a la taba. Hundido en la clasificación, el equipo de Abel desplegaba la misma nada que el de Aguirre –sólo había ganado uno de los últimos diez partidos oficiales-. Jugaba a trompicones. Sudando sólo en las grandes citas. Era un equipo dimitido, inseguro, sólo impelido por las brillanteces de los de siempre…el Kun, Forlán; pero llegó Quique y la película cambió, al menos un poco, lo justo para con un pelín de suerte en Anfield tener la posibilidad de ganar hasta cuatro títulos: UEFA, Copa del Rey, Supercopa de España y Supercopa de Europa.
Sorprendente –y no tan complicada- cábala en uno de los años del último lustro que peor jugó el equipo, el año en que Simao le puso esparadrapo a sus piernas gambeteadoras, el año en que ninguno de los entrenadores –ni Abel ni Quique- dio con un equipo definido –ha habido hasta 38 alineaciones titulares diferentes-, el año en que el Atleti fue el equipo español que más partidos oficiales disputó, el año en que el teórico portero titular fue pitado por el estadio y relegado al banco…(maldita fortuna la de Asenjo).
Quique tiene mucha de la culpa. Desde el primer día se intensificaron los entrenamientos y al ex madridista no le temblaba el pulso a la hora de castigar a los más vagos…Sinama, Cleber. Poco rendimiento en la preparación o en algún partido y los mandaba a todos correr al bosque del Cerro del Espino con menos dos grados marcando en el termómetro. Castigados. Como si fueran de un equipo juvenil a los que el mister había pillado echando un pitillo.
El equipo ganó un poco de orden, y confianza. Abel se encontró a un equipo amenazado por derribo y ahora es una escuadra ambiciosa, débil en sus cuartos traseros, floja en su medular, pero pechugona como la Monroy en su delantera. Sí, Quique tuvo mucha de la culpa, pero el ‘preéxito’ también es atribuible a otros factores:
La penúltima resurrección de Reyes
12 de octubre del pasado año. Atlético de Madrid-Racing. Minuto 79. Reyes sustituye a Jurado, autor del gol que empataba el partido. Silbidos en la grada que se tornaron en inesperados aplausos cuando el utrerano coge el balón, encara al lateral racinguista y se va de él con una facilidad pasmosa. El primer regate Atlético del partido. Los aficionados no se lo creían. El desahuciado había hecho lo mejor del equipo.
Comenzó entonces el resurgir de Reyes, a un nivel bastante alto toda la temporada, sobre todo después de que ganara minutos con Quique, que ya confió en él en el Benfica. Dicen que sigue con sus excentricidades extradeportivas –se ha colocado una playstation en su 4x4-, pero está más enchufado que nunca, en uno de los picos de su irregular carrera. Encara sin miedo, a veces siendo demasiado individualista, pero en un equipo donde se esconde la mayoría, es un placer tenerle.
La transformación de Ujfalusi
Parecía que aquella pillada que le hicieron junto a varios compañeros de la selección checa meando en una maceta y luego compartiendo mesa con unas chicas de malvivir, oséase, unas putas, iba a ser la puntilla para el experimentado jugador, en horas bajas . Con la defensa hecha jirones, Quique apostó por echarle a la banda derecha, y desde entonces ha cumplido el expediente. Es un pulmón y aunque no sea un especialista en el regate, su fuerza en la llegada genera sus problemillas en los contrarios. Al propio Liverpool estuvo a punto de enchufarle alguno.
Kun y Forlán, aquellos maravillosos años
Andan esta temporada los dos delanteros del Atlético de Madrid enfurruñados el uno con el otro, aunque en verdad parecen que lo estén consigo mismos. No son los de la campaña pasada. Forlán no suelta tan a menudo esas ‘papas’ de fuera del área ni el Kun parece tan fresco como otros años pero su importancia en el crecimiento del equipo es crucial, su ascendencia mayúscula. Sólo un poco de ellos en este Atleti mediocre es muchísimo.
Perea: ‘When I thought I was out they put me back in’
Pitado e insultado en el Calderón y aplaudido en el Bernabéu por el eterno rival, Perea ha vivido su peor campaña en el club, pero cuando muchos les veíamos más fuera que dentro, ha enseñado su mejor versión. Serio y duro en el partido de ida de la Uefa frente al Valencia, firmó una brillante actuación, quizás la mejor de los últimos tres años, frente al Liverpool. Un muro que sí sigue así incrementará exponencialmente las posibilidades del Atleti esta campaña.
Salvio y Tiago, allegro ma non tropo
Dos buenos fichajes teniendo en cuenta la pesca habitual del club. Han dado alegría y vigor al centro del campo. Han aportado un granito de calidad que tal y como llega el equipo a este tramo final -esta físicamente destrozado- puede ser suficiente para aspirar a todo.
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jueves, 29 de abril de 2010
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