¡Quién me mandó felicitar el año nuevo!

Por Johan Einstein
Los funcionarios de la Federación Israelí de Fútbol no se lo podían creer. Su federación hermana de Irán- menuda broma ya que este país no reconoce a Israel y es el principal sponsor de grupos armados antiisraelies como Hizbulá o Hamas- le habia enviado una felicitación por el año nuevo.

Por un lado, surrealista que musulmanes creyentes envien a judíos creyentes una felicitación en una fecha cristiana. Por otro, el correo electrónico que llegó a la sede de Tel Aviv dejó tan alucinados a los destinatarios como en el paro a su remitente.

"El mensaje nos sorprendió por el boicot existente y conocido de Irán a nuestros deportistas. Pero enseguida respondimos con otro mensaje de felicitación", dice a FNF el portavoz israelí, Gil Levanoni.

Su homólogo iraní y autor del original gesto, Mohamed Azimzadeh no sabe dónde meterse. Bueno, solo sabe que en su despacho no volverá al ser fulminantemente despedido. El presidente de la Federación iraní ha reconocido "la grave negiglencia". Nos e refiere al despido sino a la felicitación del año nuevo enviado al "enemigo sionista". "Pido excusas al pueblo iraní y me comprometo a que no volverá a suceder un error tan grave", ha dicho a la prensa persa.

Los deportistas israelíes saben que cuando acuden a una competición internacional, el emparejamiento con un rival irani es un chollo. No por la calidad de éste sino porque, de forma automática, el régimen de los Ayatolás les impide competir.

Del mismo modo, para un deportista iraní que solo quiere triunfar en el mundo y pasa de politiqueos, que le toque un israelí es el mayor de los castigos. Todo un año entrenándose para quedar eliminado sin participar. Algo más que una vergonzosa derrota en los despachos.

En este caso, el deporte no arregla los despropósitos de la política y el fanatismo. Todo lo contrario. Sale dañado. "Con lo tranquilo que estaría calladito y sin felicitar el año nuevo a nadie. Si ni siquiera festejamos el año nuevo!", se debe decir y lamentar un arrepentido Azimzadeh. Tweet