¿35 millones de libras por Fernando Torres? Ésa es la oferta que el Chelsea del rácano de Abrahamovich le ha hecho al Liverpool por Fernando Torres y que los reds han rechazado. O sea, 40 millones de euros por uno de los tres mejores delanteros del mundo (Cristiano, Messi y luego el de las pecas. No, Rooney no, Fernando). Lo que me extraña es que haya suscitado debate.
Si yo fuese el nuevo presi del Liverpool le escribiría una carta con membrete a los del barrio pijo de Londres explicándole que por esa cantidad, como mucho, les haría llegar gustoso un frasquito con un chorro de esperma del de Fuenlabrada, para cruzarlo con alguna inglesa de chándal y tacones (el buen futbolista siempre nace en una familia humilde, a ser posible conflictiva y que le inculca genéticamente el horterismo poligonero).
Con suerte, igual les salía un delantero apañado para que marque los goles que falla la pereza de Anelka. Además, convertido en el Milan británico, el Chelsea necesita un baño de juventud. Que él se pire, ok. ¿Qué va a hacer el Liverpool sin Rafa Benítez? Pero ofrecer por Fernando Torres menos de lo que costó Rio Ferdinand al ManU o, más recientemente, Robinho al Manchester City es una broma sin gracia. Por cierto, un larguirucho sin currículo como Dzeko acaba de costar 32. Un niñato pendenciero como Balotelli, 28.
Torres ofrece velocidad, remate, goles… y si el Liverpool no ha ganado la Premier es sólo porque sus lesiones musculares junto a las de Gerrard lo han impedido. Con él en el campo, el Liverpool siempre tuvo números de campeón. Lo dicho, 40 kilos por el frasquito y vosotros reclutáis la spice girl, ¿hace?
Halftown
Frente al festival de la figura literaria, unos números rápidos: Torres costó 20 millones de libras en 2007. Firmó por hasta 2013 y cobra algo más de 5 millones de libras al año. Entre 2008 y 2010 sólo disputó la mitad de los minutos de la Premier. Y este año su promedio goleador es el peor desde que llegó a Liverpool: sólo suma 9 goles después de 23 partidos jugados.
Da la impresión de que, entre los años que lleva jugando a primer nivel, el desgaste de jugar solo en punta en la Premier y su propensión a las lesiones de rodilla, Fernando Torres es un jugador más veterano de lo que dice su DNI. Así las cosas, no sería raro que se le fundieran los plomos pronto, al estilo de lo que le pasó a Raúl entre 2003 y 2005… precisamente cuando tenía la edad del delantero del Liverpool.
Nadie discute que Torres ha sido una pieza fundamental en el Liverpool de estos últimos cuatro años. El equipo han sido él, Steve Gerrard y algún otro secundario infravalorado como Dirk Kuyt. Pero no es suficiente: los de Anfield están a años luz de los cinco equipos de arriba.
Desde el lado del jugador ¿por qué se iba a querer quedar un delantero de primer nivel en un equipo de segunda fila? Si Cesc se quiere ir del Arsenal porque no gana títulos, ¿Torres se va a quedar en Liverpool sin jugar Champions dos años seguidos?
35 millones de libras parece poco si el City ha pagado 32 por Dzeko, pero tampoco sería raro que Abramovich en pleno calentón subiera su puja a 40 kilos. Pasta de sobra para redecorar el equipo, que falta le hace.
El gordo de Minnesota
Cuando Enrique Cerezo tiene un micro a su alcance siempre repite la misma letanía: “los jugadores juegan donde quieren jugar”. Da igual que le preguntes por el futuro del Kun, el de Valera o el de Pantic, que ya no juega, pero por si regresa. Siempre responde lo mismo. Lo dijo mil y una veces sobre Fernando Torres, emblema del club, que acabó haciendo el petate rumbo a Liverpool. “Para ganar títulos”, se disculpó ante la afición el rubio delantero. Craso error. Por increíble que parezca, el Liverpool no ha ganado nada desde que el number nine es propiedad de Torres; el Atleti, ése equipo gafe, dos. Moraleja: el Liverpool debe aceptar los cuarenta kilos del Chelsea.
Es hora de refundar este equipo tan mítico y desnortado en los últimos tiempos. Y para ello nada mejor que ingresar una jugosa suma de dinero procedente de un rival directo (en teoría) como el Chelsea. Con esa suma se pueden fichar a dos o tres jugadores de nivel, jóvenes y con proyección. Futbolistas que sumen su ambición a estandartes del club como Gerrard o Carragher, que sí colgarán los borceguíes vestidos de rojo. Torres parece haber perdido la fe en este equipo. La marcha de Benítez fue clave, pero sus problemas físicos se han convertido en un agravante. Repetidas lesiones que merman la velocidad, su gran virtud como delantero, y que sólo le han permitido anotar nueve goles este curso.
Y, joder, ya está bien de ver al Chelsea levantando títulos.