Por snedecor
Ya están aquí. Los peores presagios se han cumplido (?) y nos enfrentamos a 4 duelos por todo lo alto entre los dos colosos de nuestro fútbol. En estos días nos cansaremos de ver, leer y escuchar a sesudos opinadores hablando sobre momentos de forma, planteamientos tácticos y guerras psicológicas, planteando sus puntos de vista sobre cómo se desarrollarán estos 4 grandes partidos. Pero como afortunadamente vemos a diario, para hablar de fútbol (o de lo que le rodea) no hace falta saber de fútbol, así que aquí van mis pronósticos sobre lo que puede pasar cuando termine el último de los 4 duelos entre Real Madrid y F.C. Barcelona. Podéis apostar a que se cumplirán, si es que antes el cielo no se cae sobre nuestras cabezas.
Escenario A: el Barça arrasa en los cuatro enfrentamientos, y por arrasar entiéndase vencer y convencer (más o menos lo que viene haciendo los dos últimos años ante el Madrid: 2-0, 2-6; 1-0, 0-2; 5-0). Sentencia la Liga, gana la Copa, se mete en la final de la Champions y, de rebote, decreta el estado de alarma en Concha Espina. Mou, experto en estas batallas, intentará salvar su culo apuntando al primero que se le ponga a tiro, ya sea jugador, directivo o (quién sabe) presidente. Nada podrá (bueno, nada debería) tapar las vergüenzas del segundo advenimiento del Ser Superior: tropecientos millones de inversión, malas formas y cero títulos, otra vez. El barcelonismo, por su parte, entrará en éxtasis y se pedirá la beatificación de Guardiola o, en su defecto, la concesión del título de Marqués.
Escenario B: el Barça se lleva lo importante (a saber: deja la Liga a tiro, gana la Copa del Rey y se clasifica para la final de la Champions), pero sin abusar. Esto es, gana de manera ajustada, preferiblemente con acciones polémicas a su favor que permitan tapar mediáticamente las posibles carencias del equipo blanco en esos partidos. En función del resultado del choque liguero, se dará inicio a la enésima procesión de la Cofradía del Clavo Ardiendo, con Tomás Roncero y Toñín el Torero a la cabeza. Si, como es de suponer, ni eso sirve para levantar un trofeo, tocará encomendarse a un viejo amigo (Ferguson o Raúl) para que actúen como celosos guardianes de la honra madridista y derroten al infiel blaugrana en Wembley. Incógnita absoluta sobre la posible reacción de Mourinho y Florentino Pérez: puede repetirse lo previsto para el Escenario A o sorprendernos con una respuesta tranquila y sosegada. En todo caso, semanas mediáticamente divertidas para el espectador, incapaz de imaginar hasta dónde llegará el ingenio y la desvergüenza de los periodistas de mesón para justificar los resultados obtenidos por el Madrid.
Escenario C: se produce un empate técnico en Copa del Rey y Champions League: uno gana la Copa, el otro pasa a la final europea. Obviamente, la competición perdida dejará inmediatamente de tener importancia a ambos lados del puente aéreo: según convenga, lo importante es estar en Wembley o levantar un trofeo (que en el caso de los madridistas llevan veinte años sin conquistar). Desde la óptica blanca, se demostrará que se puede ganar al Barça, que los culés, de no sentenciar la Liga en el Bernabéu, están entrando en su particular fin de ciclo, y que este es el camino adecuado para recuperar la gloria perdida: Florentino es Dios y Mourinho su profeta (bueno, esto no cambiaría demasiado con respecto a lo que tenemos hoy). Para el Barça y sus medios, sólo será un pequeño traspiés que no debería empañar esta gran etapa (se admiten discursos victimistas en función de las actuaciones arbitrales en el torneo perdido), y Guardiola nos dará su enésima lección de humildad y saber estar, en clara contraposición a la inaceptable soberbia y arrogancia que su rival mostrará en la victoria.
Escenario D: el Barça deja la Liga a tiro, pero el Madrid gana la Copa y elimina al Barça de la Champions (nuevamente, la Liga pasará a un segundo plano o no, según convenga). Importante matiz: digo “el Madrid elimina al Barça de la Champions”, y no “pasa a la final de la Champions”. Esa interpretación vendrá más adelante, cuando enfrente de la Décima toque ver a un viejo amigo (Raúl) o a un perverso enemigo (Ferguson); pero de entrada, la primera conclusión de la propaganda merengue será que el exitoso Barça de Guardiola ha muerto, porque Pep (ya es oficial, se dirá) no seguirá más allá de 2012, que el club azulgrana debe empezar a pensar en su recambio, etc. Por contra, el gran Real Madrid ha vuelto: bufandas, DVD’s y todo tipo de coleccionables conmemorativos de tamaña gesta blanca inundarán los quioscos y luego los hogares de todos los españoles de bien. Históricamente acostumbrado como está el Barcelona a las combustiones espontáneas, el ruido mediático que se producirá alrededor de estas derrotas eleva el peligro de incendio en Can Barça, con imprevisibles consecuencias. En Concha Espina, Mourinho es Dios y Florentino… Florentino es la madre que lo parió.
Escenario E: el que falta. El Madrid se lo lleva todo de calle. Altamente improbable, pero por poder, puede ocurrir. Básicamente, las consecuencias serían las mismas descritas para el Escenario D pero elevadas a la máxima potencia. Mediáticamente, la tierra se abrirá en dos, un dragón con siete cabezas y cola de serpiente descenderá de los cielos escupiendo fuego por sus siete bocas y separará a los justos de los pecadores: los primeros disfrutaran de la gloria eterna de los cielos de la Décima y los derrotados serán condenados al fuego eterno por su falta de fe.
O algo así.
bolobolo
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viernes, 15 de abril de 2011
La previa de las consecuencias
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Realmente el fútbol es muy pero que muy previsble. Fantástico, snedecor. :)
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