viernes, 16 de octubre de 2009

Laporta, mucha flor y poco seny



Por John Wyatt
Este sí que es un tipo con suerte. De todas las guerras en las que se ha metido ha salido airoso, un superviviente, vamos. Da igual que no tomara las mejores decisiones. Al final la suerte siempre ha acudido al rescate.

Firme opositor al nuñismo, fue lo suficientemente oportunista como para integrarse en la candidatura de Elefant Blau en 1998 (y perder contra Núñez), en la de Lluis Bassat en 2000 (cayó contra Gaspart) y de crear su propio grupo electoral para traicionar a Bassat y vencerle en 2003.


Aunque bajo su mandato el Barca ha hecho su mejor fútbol y ha ganado el triplete, Laporta ha llegado a ese camino dando no pocos bandazos, equivocándose mucho y gozando de muy buena fortuna.


Como muestra de su suerte, sólo hay que recordar aquel lance con Bassat. Laporta, que no era el favorito en las encuestas, fue recortando distancias hasta convertirse, los últimos días de campaña en un claro candidato a la victoria. La última semana, además, anunció un acuerdo con el Manchester United por la contratación de David Beckham.


Da igual que ya hubiera fichado por el Real Madrid. Florentino no quiso perjudicarle y calló. Laporta ganó las elecciones y se convirtió en el «presidente del Barca más catalanista de la historia».


La fortuna quiso que, perdido Beckham en favor del Real Madrid, tuviera que conformarse con el segundo plato: Ronaldinho. Sí, es verdad que su estrella se apagó pronto, pero dio dos o tres años de gran fútbol, ganó dos ligas con el Barca, una Champions y demostró ser mucho mejor fichaje que el inglés. Cuestión de suerte.


En su segunda temporada, el equipo deportivo liderado por Laporta completó la renovación de la plantilla futbolística iniciada el año anterior: dio 16 bajas (Andersson, Cocu, Davids, Kluivert, Luís Enrique, Luís García, Mario, Óscar López, Overmars, Quaresma, Reiziger, Ros, Rustu, Santamaría, Saviola, Sergio García) e invirtió 67,5 millones de euros en nueve jugadores (Samuel Eto’o, Deco, Edmílson, Giuly, Belletti, Silvinho, Larsson, Maxi López y Demetrio Albertini).


Le dio igual que la limpia fuera bíblica y la política de fichajes, esquizofrénica. El equipo se proclamó campeón de Liga por el buen hacer de Rijkaard y de su secretario técnico, Rosell, expulsado poco después de una manera lamentable. El año siguiente el equipo ganó la segunda liga consecutiva y la segunda Champions League de la historia de la entidad.


Aunque se adivinaban años de bonanza y ciclo largo, aquel conjunto se desinfló en los michelines de Ronaldinho, en las cremas faciales de Giovani Dosantos, en las declaraciones desafiantes de Samuel Eto’o. El Real Madrid le arrebató dos ligas que parecían azulgranas y creó en can barca una crisis de la que Laporta estuvo a punto de salir igual que entró: por una moción de censura.


Y de nuevo, la suerte: apareció en forma de emblema del barcelonismo y, aunque despertó ciertas dudas, la gente lo acogió como a un profeta. Guardiola llegó del filial como última carta posible ante las masivas pañoladas de la grada, el Laporta vete ya y los asaltos al palco en plan Benito Villamarín.


La apuesta desesperada, todo un órdago, no pudo salirle mejor. No fue su primera opción ni la segunda, pero la suerte de nuevo le sonrió. Llegó el triplete.


No, la etapa de Laporta no ha sido un ejemplo de planificación deportiva, de ideas claras, de sembrar para recoger. Xavi era un futbolista abucheado, Iniesta no jugaba y estrellas fichadas a precios insultantes no triunfaban. Pero él siempre tuvo la suerte de cara. En su peor momento los entrenadores 'pantalla' apantallaron, Xavi resulta que era imprescindible, Iniesta era la joya de la corona y no se encontró con ningún oportunista como él que lo cesara del cargo.


No lo ha hecho todo mal Laporta. Los Boixos no han vuelto a pisar el Camp Nou, algo que ningún presidente ha sido capaz de hacer con su particular mafia radical.


Ahora quiere ser político independentista. Si tiene la misma suerte que en el fútbol, aunque sea un inepto en la gestión, me parece que pronto tendremos que volar a Cataluña con pasaporte.

2 comentarios:

  1. O sea que básicamente, cuando Laporta acierto es por su "flor" y cuando se equivoca es por su mal hacer. Muy tendencioso veo yo éste artículo. Hacéroslo mirar, porque una cosa es que Laporta como persona sea un capullo (que lo es) y otra cosa es que su gestión al frente del Barça sea mala o fruto de la suerte. El Barça que hereda Laporta es el de Gaspart (mucho peor presidente y tan capullo como Laporta y sin embargo mucho menos criticado desde Madrid). Una deuda astronómica y un equipo hundido deportivamente. El cambio de cara de Laporta y su equipo consigue que una institución que estaba en la UVI en todos los aspectos se recupere económicamente y sea Campeón de Europa en dos años. Cuestión de suerte, claro.

    ResponderEliminar
  2. SI ES CUESTION DE SUERTE, POR QUE A POCO QUE SE FIJE USTED SEÑOR ANONIMO, EL EQUIPO BASE ES EL MISMO DE LA ERA GASPART Y MUY SIMILAR AL EQUIPO DEL TULIPAN, QUE DESPUES DE GANAR UNA COPA DE EUROPA SE DESINFLO Y EL BUENO DE FRANK
    YA NO ERA BUEN ENTRENADOR. EN MEDIO DE ESTO APARECIO EL SEÑOR GUARDIOLA CON EL EQUIPO HECHO,
    UN SOBRADO ASQUEROSO Y CATALANISTA QUE AUN SIGUE DICIENDO QUE NO SE DOPO Y CON LA SUERTE DE QUE CUANDO UN ESQUEMA DE JUEGO COMO EL QUE DEJO EL TULIPAN AUN FUNCIONABA Y QUE JUGADORES MEDIOCRES DE LA CANTERA CONECTARON BIEN PERO CUANDO TENGAN QUE SACAR LAS CASTAÑAS DEL FUEGO SE VAN A QUEDAR EN OLEGUERES Y BOGARDES . A TODO ESTO SUERTE EL SEÑOR LAPORTA NO HA TENIDO A TENIDO UN TULIPAN EN EL CULO QUE TODAVIA LE DURA.
    ANTHONI PINK UN SALUDO

    ResponderEliminar