sábado, 22 de mayo de 2010

De “jabato” a pieza disecada

Por Sopenilla
Que conste en acta que este artículo fue concebido antes de que Joel y Raúl García celebrasen el triunfo en la UEFA embutidos en sendas camisetas de Sergio Asenjo. Y es que la historia reciente del portero palentino daba pie para que FNF se ocupara de ella con independencia de que una parte de las miradas colchoneras en Hamburgo se posara en la habitación donde el palentino convalecía de su última operación de rodilla.

Una historia repleta de crueles paradojas. Como las que rodean al fútbol, un juego tan pasional que no deja espacio para la justicia poética. Sólo así se entiende que un resultado pueda ser tan ilógico como inmisericorde. Algo semejante sucede con los porteros, el gremio peor tratado –aficionados al margen– en un deporte colectivo en el que sus individualidades son las que más pesan. Para bien o para mal. Añádase a ese cóctel tan explosivo las burbujas de los especuladores de este negocio, y tendremos ante nosotros el cúmulo de factores que explican -extradeportivamente hablando- el auge y el declive de un meta como Sergio Asenjo.

El símil es de lo más acertado. Como buen cazador, el de San Juanillo sabía de antemano que adentrarse en la ribera del Manzanares lo iba a poner en el punto de mira. Lo que no podía sospechar, allá por agosto del pasado año, es que el cambio de coto no sólo le situara delante del gatillo sino que le obligara a mudar de naturaleza. En apenas unos meses, “Jabato” –como se le conoce en los Anexos– ha pasado de ser una presa codiciada a erigirse en una pieza lista para ser disecada.

De la puerta grande a la puerta de atrás

Carlos Suárez, quien tras su piel de gestor gusta de esconder la de padre resignado ante el hijo que alcanza la mayoría de edad, le recomendó repetir estancia en Zorrilla, al menos un año más, como meta titular del primer equipo. El consejo fue en balde, dado que la voluntad del canterano estaba ya mediatizada por la avaricia de sus representantes: Zoran Vekic y Fernando Redondo. La exhibición a última hora en el Ruiz de Lopera no dejó de ser, por tanto, una salida por la puerta grande.

La marcha de Leo Franco hacía que el frente estuviera despejado, por más que en el horizonte se avistasen unos ligeros nubarrones en la figura de todos aquellos que, desde el filial atlético, llevaban tiempo haciendo cola para ocupar la portería del Calderón. Nada que, aparentemente, pudiera suponer contratiempo alguno. Roberto Jiménez no había atesorado suficiente experiencia en Primera tras su paso por Huelva, mientras que Joel no era rival posible. Sólo la presencia David de Gea podía suponer un mínimo incordio que bien cabía solucionar mediante un año de fogueo en tierras sorianas.

La negativa del de Illescas a ser moneda de cambio en un trueque a tres bandas encendió la primera señal de peligro. Aun con todo, no había miedo. Ni siquiera haber estado a la sombra del madridista Felipe Ramos como internacional había sido inconveniente para triunfar en las secciones inferiores de la “Roja”.

Sin embargo, los malos resultados de principios de campaña hicieron que la timidez natural del palentino volviera a relucir. La misma que se ocultaba tras su flequillo filetudo de sus tiempos como juvenil blanquivioleta, cuando la resignación era la mejor terapia para hacer frente a las mofas de sus compañeros de residencia por su ligero sobrepeso.

A día de hoy, con una operación de menisco y otra de ligamento cruzado en año y medio, la posición de Sergio Asenjo en el mercado está más debilitada que nunca. Su proceso de venta al mejor postor nacional o extranjero, que se había acelerado a la par que la irrupción de David de Gea, se encuentra por tanto detenido a la espera de que los caprichos del fútbol concedan al palentino una nueva oportunidad.

1 comentario:

  1. La descripción de lo narrado me parece un poco más decente que la de muchos periolistos, que con resultados al segundo, construyen y destruyen jugadores como si de un juego macabro se tratara, con intereses espureos creados en las cloacas futbolisticas que es dificíl descifrar y menos entender a menos que uno esté dentro. Aquí lo importante, es que hablamos de un gran jugador muy joven que ha tenido una lesión que por su juventud pronto estará restablecido y que viendo como está el mercado de porteros, no tendrá ningún problema en estar en lo más alto. Como le han tratado en el Atleti, quedará en los anales del equipo, como una de las peores páginas, pero en esta vida casi todo se paga y a veces muy caro, también a Quique le llegará su San Martin, no me cabe la menor duda.La mentira dura poco, muy poco, menos de lo que pensamos.

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