Por Halftown
Los mentideros del planeta fútbol llevaban semanas hablando de ello. Las propias aficiones laziale y red lo pedían. Los jugadores dudaban. Y alguno se resistía a creerlo.
Pero llegó el domingo, concretamente el minuto 33 en Anfield Road, y las dudas se disiparon: Steve Gerrard, hijo de Melwood, heredero de Dalglish, héroe de The Kop y capitán del Liverpool, metió un pase entre sus propios centrales para que Drogba pusiese la bola entre los palos de Reina y tres cuartos de liga en Londres.
En descargo del ocho red hay que decir que no es la primera vez que hace semejante despropósito: en la Euro 2004 desempató él solito el Francia-Inglaterra de la primera fase con otra asistencia a lo John Stockton, esta vez a Thierry Henry.
En cualquier caso, el Liverpool de Benítez, el mismo club para el que, según Bill Shankly, la Premier era su pan y mantequilla, no sólo no jugará la próxima edición de la Champions, sino que se ha dejado ganar en casa para putear a otro club. Por mucho que ese otro club se llame Manchester United.
La AS Roma no paga a traidores
A 2.189 kilómetros de allí a vuelo de Google Maps, en el Estadio Olímpico, la Lazio recibía al Inter de Mourinho, que necesitaba ganar para alejar a la Roma de la lucha por el Scudetto. Los eternos rivales romanistas, a pesar de no estar matemáticamente salvados, no tuvieron mayor problema en perder con los verdugos del Barça.
Y por si fuera poco, en el Sánchez Pizjuán el Atleti decidió que era mejor asegurarse la UEFA facilitando cordialmente el acceso a la Champions de su rival en la final de Copa. Dos penaltis provocados y sólo cuatro tiros a puerta más tarde, la misión estaba cumplida.
El tema de las pantomimas futbolísticas no es nada nuevo. Aunque cada uno tendrá su historia personal, yo recuerdo un Valladolid-Celta de principios de los 90, en el que a los dos equipos les valía el empate para quedarse en Primera. El partido se acabó convirtiendo en un infumable rondo de 90 minutos alrededor del círculo central.
El problema es que llevamos muchos años de trampas, y aparte de poner los partidos de rivales directos a la misma hora (en el caso de la Lazio, ni eso: el empate del Atalanta-Bologna se sabía antes de empezar a jugar), nadie parece tener una solución anti-tongos… y seguro que habrá sorpresas de aquí a final de temporada.
Y a mí todo esto me jode, no por red devil ni por romanista, sino porque si lo llego a saber antes, me habría forrado en Bwin…
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lunes, 3 de mayo de 2010
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Yo no creo que lo de Gerrard fuera a propósito. Pero qué gozada ver a Ferguson rojo de ira ahogando sus penas en un buen Borgoña
ResponderEliminarSe te olvida el Racing - Osasuna de la epoca Marce, Jalfi. ;)
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