miércoles, 7 de octubre de 2009

Pellegrini, aburrido hasta en la mesa

Por Nick Panzeri

Al aburrido ingeniero le falta imaginación hasta para pedir de comer. Cuenta Víctor de la Serna/Fernando Point/Vicente Salaner que durante sus cinco años en Vila-Real, apenas conoció un restaurante. Una pizzería, concretamente: Lucciola.

Según cuenta el propietario del local a FNF, Pellegrini no era muy original tampoco a la hora de sentarse a la mesa. Sólo pidió la carta el primer día que pisó Lucciola para elegir unos clásicos y sencillos gnocchi con salsa de tomate.

Desde entonces, casi todos los días, durante las cinco temporadas que pasó allí, el técnico chileno acudía al restaurante a comer sus gnocchi. Además, los días que el Villarreal jugaba en casa, tampoco faltaba a su cita en Lucciola por la noche a la hora de cenar, donde tenía mesa fija reservada.

"Hay gente a la que le gusta un plato y no cambia", dicen en Lucciola, antes de confesar que una vez al mes sí se tomaba la licencia de cambiar de menú para aventurarse con una... pizza margherita, toda una osadía para un hombre de costumbres como él.

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