Por Sebastián Dulbeca
Hojas de palma. Olor a incienso. Cera en el suelo como caprichosas estalagmitas. Y una amenaza: el titular cofrade. Sólo que este Domingo de Ramos y la víspera también fueron días de celebraciones musulmanas y judías en los estadios de Liga y Premier. Por fin blanco sobre verde el sueño de la Alianza de Civilizaciones.
Nuevo Colombino. Min. 32. Kanouté transforma un penalti. Supone el triunfo de su equipo. Y la consecución de una formidable marca personal. Con su tanto número 90 iguala a Davor Suker como máximo artillero foráneo de la historia del Sevilla.
El hombre que compró una mezquita. El futbolista que se solidarizó con Palestina. El imam que juega por Mali. Gol. Ritual incontestable.
Vicente Calderón. Min. 69. Masoud abrocha el repaso al Atlético. Se trata del jugador de Primera al que menos tardan en hacerle una falta (cada 21 min.). En ese momento decide ser él quien se tome su tiempo para anudar al defensa. Puro slow motion.
Euforia rojilla. Aplausos del rival. Y la celebración del Año Nuevo persa que se prolonga por sorpresa hasta Semana Santa.
Por alusiones: en San Mamés, Aouate hace lo que puede. Pero su compatriota Benayoun coloca líder al Liverpool en el agónico min. 95. Prodigios en Craven Cottage más propios de St. James' Park...
Luego la jornada se cierra con otra exhibición. Aparece con desprecio por el santoral quien suele: Cristiano.
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