Los 11 héroes que cayeron 11-0 contra el Caravaca: Niki, Carrillo, Dani, Alcalde, Jaime, Cheles, Israel, José María, Torres, Savio, Gilé. Foto: Caravaca C. F.
Por Pedro Sousa
Los puristas prefieren el toque a los goles, les gusta más el pase que el remate. No hay sitio para el Ciudad de Lorca C. F. entre los locos de Guti, Riquelme o Valerón. El Ciudad de Lorca tiene por centro del campo un colador, sus defensas no aprendieron a andar, tienen patas de palo, y sus delanteros no ven la bola ni cuando sacan del centro. No, no hay sitio para el Ciudad de Lorca en el selecto club del buen juego. Nunca lo habrá.
Pero luego están los otros, los aficionados que viven del gol, del puntapié o la rosca sin concesiones, los que no entienden el fútbol sin porterías y bostezan con la mediocridad instalada en el la inacción. Ahí, en ese subgrupo de futbolistas frustrados el Ciudad de Lorca (no confundir con el Lorca C. F.) tiene una plaza reservada, un abono a perpetuidad con pase directo del submundo del fútbol al olimpo de los grandes.
El equipo ocupa en estos momentos la última plaza del grupo 13 de la Tercera División. Ha ganado cuatro partidos en 33 jornadas y ha perdido 27. No tiene un duro, los jugadores no cobran y la Federación ya le ha quitado dos puntos por no pagar los derechos de arbitraje de tres partidos. Por si fuera poco, el presidente del club, Gregorio Muñoz “Gori”, ex presidente del Grana C. F., amenazó esta Semana Santa con cortar una procesión para denunciar la ausencia de subvenciones y el mal estado de su terreno de juego, el Alfonso Embarre de Lorca.
“Gori” se lo pensó dos veces, probablemente, porque habría sido linchado por la ciudad, pero eso no impide que el club siga a 14 puntos de la salvación y que el próximo fin de semana pueda firmar su descenso matemático a Preferente, que a estas altura parece inevitable.
No importa. Los partidos del Ciudad de Lorca tienen la mejor media de goles de Primera, Segunda, Segunda B y Tercera División, y por eso debería ser adorado día y noche, aunque casi nadie haya reparado aún en su existencia. Ninguno de los 482 clubes que componen las cuatro categorías nacionales supera en estos momentos los 4,60 tantos por partido del conjunto murciano.
Los protagonistas del récord no son sus delanteros, que han aportado 30 goles en lo que va de liga. Los artífices involuntarios son sus porteros, que en 33 jornadas han encajado 122 dinas, hasta convertirse en el conjunto más goleado de España, por delante del conjunto madrileño Unión C. Villaba, colista del grupo 7 de la Tercera División, con 113 goles en contra y 27 a favor, y del cántabro Velarde Camargo, farolillo rojo de grupo 3 de la misma categoría, con 101 goles en contra y 14 anotados.
En un acto de generosidad impagable, el Ciudad de Lorca sale al campo cada jornada para cometer once atentados suicidas en nombre del gol. En su último partido perdieron contra el Plus Ultra 0-3 y, en el anterior, 11-0 contra el Caravaca. Ahí siguen. Y no esperan ningún homenaje.
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Por Pedro Sousa
Los puristas prefieren el toque a los goles, les gusta más el pase que el remate. No hay sitio para el Ciudad de Lorca C. F. entre los locos de Guti, Riquelme o Valerón. El Ciudad de Lorca tiene por centro del campo un colador, sus defensas no aprendieron a andar, tienen patas de palo, y sus delanteros no ven la bola ni cuando sacan del centro. No, no hay sitio para el Ciudad de Lorca en el selecto club del buen juego. Nunca lo habrá.
Pero luego están los otros, los aficionados que viven del gol, del puntapié o la rosca sin concesiones, los que no entienden el fútbol sin porterías y bostezan con la mediocridad instalada en el la inacción. Ahí, en ese subgrupo de futbolistas frustrados el Ciudad de Lorca (no confundir con el Lorca C. F.) tiene una plaza reservada, un abono a perpetuidad con pase directo del submundo del fútbol al olimpo de los grandes.
El equipo ocupa en estos momentos la última plaza del grupo 13 de la Tercera División. Ha ganado cuatro partidos en 33 jornadas y ha perdido 27. No tiene un duro, los jugadores no cobran y la Federación ya le ha quitado dos puntos por no pagar los derechos de arbitraje de tres partidos. Por si fuera poco, el presidente del club, Gregorio Muñoz “Gori”, ex presidente del Grana C. F., amenazó esta Semana Santa con cortar una procesión para denunciar la ausencia de subvenciones y el mal estado de su terreno de juego, el Alfonso Embarre de Lorca.
“Gori” se lo pensó dos veces, probablemente, porque habría sido linchado por la ciudad, pero eso no impide que el club siga a 14 puntos de la salvación y que el próximo fin de semana pueda firmar su descenso matemático a Preferente, que a estas altura parece inevitable.
No importa. Los partidos del Ciudad de Lorca tienen la mejor media de goles de Primera, Segunda, Segunda B y Tercera División, y por eso debería ser adorado día y noche, aunque casi nadie haya reparado aún en su existencia. Ninguno de los 482 clubes que componen las cuatro categorías nacionales supera en estos momentos los 4,60 tantos por partido del conjunto murciano.
Los protagonistas del récord no son sus delanteros, que han aportado 30 goles en lo que va de liga. Los artífices involuntarios son sus porteros, que en 33 jornadas han encajado 122 dinas, hasta convertirse en el conjunto más goleado de España, por delante del conjunto madrileño Unión C. Villaba, colista del grupo 7 de la Tercera División, con 113 goles en contra y 27 a favor, y del cántabro Velarde Camargo, farolillo rojo de grupo 3 de la misma categoría, con 101 goles en contra y 14 anotados.
En un acto de generosidad impagable, el Ciudad de Lorca sale al campo cada jornada para cometer once atentados suicidas en nombre del gol. En su último partido perdieron contra el Plus Ultra 0-3 y, en el anterior, 11-0 contra el Caravaca. Ahí siguen. Y no esperan ningún homenaje.
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