Por Rocheteau
A quién no le han enviado un vídeo de youtube con los taconazos de cómic y los regates de videojuego de algún jugador de otros mundos (dejemos para otro post el horrísono reggaeton que suele adornar las imágenes).
Todavía recuerdo cuando, una mañana de 2007, me llegó uno de Matías Fernández. El chico derretía América con sus rabonas. Zidane había vuelto a nacer en los Andes, y Madrí y Barsa podían rendirse de antemano. Con el sucesor de Oliver (Kahn no, el de Benji), el título ya era amarillo.
Año y medio después, el chico no regatea ni a la torreta de focos y nadie sabe de qué juega. Dicen que de enganche, pero dejar a Ibagaza o Pirés en el banquillo en su lugar parece una broma. De las pesadas. Pellegrini nos la gastó en la vuelta contra el Arsenal y el chico parecía un aborigen en la Quinta Avenida.
Timos youtubescos ha habido muchos (sin ir más lejos, Juan Pablo Pino, del Mónaco. Por cierto, lo recibí del mismo que me tangó con Matigol), incluso cuando no existía youtube.
El "bichi" Borghi era era el sucesor de Maradona en Argentinos Juniors. Cada partido suyo parecía un cuadro de Dalí: rebosaba detalles, exagerado, imprevisible y genial, pero a veces le fallaba la composición. La leyenda circuló rápido. En 1985, Platini, tras ganarle la Intercontinental con la Juve (en los penaltis, claro), lo elevó a los cielos (equivocándose de pintor): «Claudio Borghi es el Picasso del fútbol».
Sacchi alucina
Las joyas son para millonarios y el Bichi Borghi se lo llevó Berlusconi. O «Beluhconi», como él lo llamaba . Gullit y Van Basten alucinaban con su dominio del balón. Sacchi también , pero por otros motivos, como esta escena real:
--Corran ustedes 5.000 metros.
--Para qué?
--Cómo que para qué?
--Que para qué correr 5.000, pibe, si el campo tiene 100 como mucho.
A los youtubescos no les gusta cansarse. Sacchi dijo que prefería a Rijkaard. Los estetas clamaron al cielo. Pero Borghi se pasó el año en el Como y calentando banco. Porque eso de las rabonas en la Serie B es como pedir cubiertos en un McDonald's. Borghi se volvió a Argentina. Seguía creyendo que era un genio. La posteridad prefirió que lo fuese el de los 5.000 metros.
Borghi terminó de entrenador y aseguró (los youtubescos no suelen ser humildes) que él se hubiera puesto siempre de titular. No mentía. En su Colo-Colo tetracampeón de 2006 jugaba un mediapunta excepcional al que nombraron mejor jugador de Sudamérica. Se llamaba Matías Fernández y bordaba las rabonas.
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A quién no le han enviado un vídeo de youtube con los taconazos de cómic y los regates de videojuego de algún jugador de otros mundos (dejemos para otro post el horrísono reggaeton que suele adornar las imágenes).
Todavía recuerdo cuando, una mañana de 2007, me llegó uno de Matías Fernández. El chico derretía América con sus rabonas. Zidane había vuelto a nacer en los Andes, y Madrí y Barsa podían rendirse de antemano. Con el sucesor de Oliver (Kahn no, el de Benji), el título ya era amarillo.
Año y medio después, el chico no regatea ni a la torreta de focos y nadie sabe de qué juega. Dicen que de enganche, pero dejar a Ibagaza o Pirés en el banquillo en su lugar parece una broma. De las pesadas. Pellegrini nos la gastó en la vuelta contra el Arsenal y el chico parecía un aborigen en la Quinta Avenida.
Timos youtubescos ha habido muchos (sin ir más lejos, Juan Pablo Pino, del Mónaco. Por cierto, lo recibí del mismo que me tangó con Matigol), incluso cuando no existía youtube.
El "bichi" Borghi era era el sucesor de Maradona en Argentinos Juniors. Cada partido suyo parecía un cuadro de Dalí: rebosaba detalles, exagerado, imprevisible y genial, pero a veces le fallaba la composición. La leyenda circuló rápido. En 1985, Platini, tras ganarle la Intercontinental con la Juve (en los penaltis, claro), lo elevó a los cielos (equivocándose de pintor): «Claudio Borghi es el Picasso del fútbol».
Sacchi alucina
Las joyas son para millonarios y el Bichi Borghi se lo llevó Berlusconi. O «Beluhconi», como él lo llamaba . Gullit y Van Basten alucinaban con su dominio del balón. Sacchi también , pero por otros motivos, como esta escena real:
--Corran ustedes 5.000 metros.
--Para qué?
--Cómo que para qué?
--Que para qué correr 5.000, pibe, si el campo tiene 100 como mucho.
A los youtubescos no les gusta cansarse. Sacchi dijo que prefería a Rijkaard. Los estetas clamaron al cielo. Pero Borghi se pasó el año en el Como y calentando banco. Porque eso de las rabonas en la Serie B es como pedir cubiertos en un McDonald's. Borghi se volvió a Argentina. Seguía creyendo que era un genio. La posteridad prefirió que lo fuese el de los 5.000 metros.
Borghi terminó de entrenador y aseguró (los youtubescos no suelen ser humildes) que él se hubiera puesto siempre de titular. No mentía. En su Colo-Colo tetracampeón de 2006 jugaba un mediapunta excepcional al que nombraron mejor jugador de Sudamérica. Se llamaba Matías Fernández y bordaba las rabonas.
No sé quien se esconde detrás de Rocheteau, pero es un jodido demagogo. Que Mati no se haya adaptado a la Liga no significa que se le haya olvidado jugar. Sigue siendo titular indiscutible en la selección chilena, actualmente clasificada para el Mundial con los mismos puntos que la Argentina de Messi y Agüero. Pero como hay quien no ve más allá de su país...
ResponderEliminarY Mosquera también es muy bueno con Colombia, no te jode...
ResponderEliminarno me esplico lo q significaba bichi es lo q queria saber
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