Por Sole Leyva
Aviso: esto ni va de fútbol ni tiene poesía. Es un mero cotilleo. Es sabido que a Raúl no le gustan las entrevistas. Le producen urticaria. Es de los que piensan que donde uno mejor se expresa es en el campo. Hoy ha comparecido en rueda de prensa. "Somos favoritos", ha dicho sobre el clásico. Y como los niños pequeños cuando nos ponían una inyección y nos hartábamos de llorar, ha tenido premio después del linchamiento.
Mamén, su esposa, le ha llevado al Fast Good, el restaurante para pobres de Ferrán Adria, cercano al Santiago Bernabéu. Si Michael Phelps se metía tropecientas calorías en el desayuno durante los Juegos, la clave de Raúl para el Madrid-Barça parece ser la hamburguesa, una XL, con patatas fritas a cascoporro, y su Coca Colita, esperemos que Light. Tal vez se haya saltado la dieta impuesta por Alfonso del Corral. O tal vez no.
Para que no se sintiera culpable, su mujer también ha optado por engullir una burguer similar. Pocos comensales les han reconocido. Se han escondido en una esquinita del restaurante, mirando a la calle. Durante la comida, Raúl le enseñaba a su parienta contenidos de su iPhone. Ambos reían. Si no fuera el futbolista mejor pagado de España, y estuviera a pocas horas del partido más importante de la temporada, de los últimos grandes que le quedan por disputar, el que nunca hace nada hubiera pasado por un chavalín cualquiera pasando el rato con su parienta.
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Aviso: esto ni va de fútbol ni tiene poesía. Es un mero cotilleo. Es sabido que a Raúl no le gustan las entrevistas. Le producen urticaria. Es de los que piensan que donde uno mejor se expresa es en el campo. Hoy ha comparecido en rueda de prensa. "Somos favoritos", ha dicho sobre el clásico. Y como los niños pequeños cuando nos ponían una inyección y nos hartábamos de llorar, ha tenido premio después del linchamiento.
Mamén, su esposa, le ha llevado al Fast Good, el restaurante para pobres de Ferrán Adria, cercano al Santiago Bernabéu. Si Michael Phelps se metía tropecientas calorías en el desayuno durante los Juegos, la clave de Raúl para el Madrid-Barça parece ser la hamburguesa, una XL, con patatas fritas a cascoporro, y su Coca Colita, esperemos que Light. Tal vez se haya saltado la dieta impuesta por Alfonso del Corral. O tal vez no.
Para que no se sintiera culpable, su mujer también ha optado por engullir una burguer similar. Pocos comensales les han reconocido. Se han escondido en una esquinita del restaurante, mirando a la calle. Durante la comida, Raúl le enseñaba a su parienta contenidos de su iPhone. Ambos reían. Si no fuera el futbolista mejor pagado de España, y estuviera a pocas horas del partido más importante de la temporada, de los últimos grandes que le quedan por disputar, el que nunca hace nada hubiera pasado por un chavalín cualquiera pasando el rato con su parienta.
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