miércoles, 13 de mayo de 2009

La vuelta a Bilbao en 80 cromos

Por Sebastián Dulbeca
Del fútbol como caleidoscopio alucinógeno hace apenas día y medio. Antes de la tedeté y el peiperviú (sal de mí, Antonio Burgos), antes incluso del Estudio Estadio de Pedro Ruiz (¡socorro!), tocaba conformarse con el chisporroteo del Carrusel, el periódico con esquinas de saliva... y los cromos de la Liga.

Aquellos partidos todavía se juegan. Basta darse un garbeo cualquier domingo por la mañana por la Plaza del Campillo del Mundo Nuevo (El Rastro).

José García nació en el Bocho y desde Madrid siguió al Athletic con la exactitud de la nostalgia. Fue socio de la peña madridista La Santanderina cuando no tenía otra posibilidad de ver en vivo a su equipo que en el Bernabéu. La prueba definitiva de su fe rojiblanca es, sin embargo, el álbum de láminas, recortables y otras piezas de memorabilia que reunió con disciplina de tesorero a lo largo de dos décadas y media (del 45 al 70). ¿Bilbainada? No. Auténtico corazón de león.

Tonalidades de cómic y ángulos de prefotomatón pusieron narración alternativa a tantos años color siderurgia. Alguna
concesión publicitaria y la presencia del Régimen (ese Atlético (sic) de Bilbao) se cuelan también en esta historia del club -de Zarra a Clemente- en cartón.

Como de un incunable pasamos sus páginas. Vaya una pequeña muestra en homenaje a quienes siguen viendo en una tarjeta la belleza tridimensional del balón.

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