Ni cura, ni concejal, ni pastor, ni funcionario, ni jefe de la tribu. Lo único que necesitó para contraer matrimonio Michael Essien, el correoso centrocampista del Chelsea, el Búfalo, el fichaje más caro del posh club después de Shevchenko -40 millones de libras-, el Toro, el más amado de Ghana, el hombre que si se presentara para ser presidente de su país, lo sería, fueron 200 libras en moneda ghanesa y unos chupitos de Schnapps (una bebida alcóholica alemana).
Así es África. Y así se casó Essien hace cuatro años. Eso al menos dice su parienta, ahora ex novia, Dela Ackumey, que lleva meses rajando en los tabloides británicos afirmando que siguen siendo matrimonio, que a ella nadie le ha pedido el divorcio, que Essien es un golfo, que ligaba por Internet con otras cuando estaba con ella, y que le puso los cuernos several times antes de que ambos dejaran la relación hace un par de años.
Ella ya sabía que al aterrizar en 2005 en las Islas, donde busconas de bustos gordos y pantorrillas de acero se acercan a los futboleros más de la cuenta, la tentación iba a ser grande para el ya de por sí descastado Essien. Así que le echó el lazo.
Asegura Dela Ackumey que Essien y ella se casaron en Anlo, al sureste de Ghana, siguiendo los rituales tribales de la zona, de etnia Ewe. Lo dicho. Essien se plantó en casa de los padres de Dela con 200 pavos de dote y una botella de licor. Los cuatro se montaron una fiestecilla y los padres dieron su bendición a la pareja. En Ghana los matrimonios funcionan así, y depende de que tribu seas, el ritual sufre leves cambios.
A ese clavo ardiendo se agarran los abogados de Essien. Después de que el árbitro noruego se hiciera el sueco en Stamford Bridge, su particular final de Champions será este verano, en los tribunales de Ghana. Los picapleitos del 'Bufalo' esgrimen que los rituales llevados a cabo por Essien no eran válidos, ya que no eran los "tradicionales" de la tribu.
Ackumey lo niega. Dice que lo que los chupitos unieron no lo separa ni Dios -de pounds ya hablaremos- y amenaza con revelar en el juicio un vídeo donde se ve a Essien pidiendo la mano de ella. Al estilo ghanés, claro.
El escándalo, pozo sin fondo para los tabloides, ha servido para conocer detalles personales de Essien bastante jugosos. Si sobre el verde es de hierro, casi inabordable, si sale victorioso casi siempre ante defensas que le sacan una cabeza, en su vida personal es un flojeras de cuidado.
Tanto como para usar a su madre para pedir perdón a su ex novia por ponerle los cuernos. O gimotear ante ella rogando otra oportunidad después de que le pillara fotos de modelos semidesnudas en su mochila de entrenamiento. Una vez, incluso, insinuó que había sido Drogba u otro de los blues el que las había metido allí para tomarle el pelo. Vaya excusa chapucera.
El escándalo, pozo sin fondo para los tabloides, ha servido para conocer detalles personales de Essien bastante jugosos. Si sobre el verde es de hierro, casi inabordable, si sale victorioso casi siempre ante defensas que le sacan una cabeza, en su vida personal es un flojeras de cuidado.
Tanto como para usar a su madre para pedir perdón a su ex novia por ponerle los cuernos. O gimotear ante ella rogando otra oportunidad después de que le pillara fotos de modelos semidesnudas en su mochila de entrenamiento. Una vez, incluso, insinuó que había sido Drogba u otro de los blues el que las había metido allí para tomarle el pelo. Vaya excusa chapucera.
Según Ackumey, desde que llegaron a Londres, Essien desaparecía de vez en cuando de su lujosa casa de Surrey. Decía que iba con los del equipo. A tomar unas pints. Pero no, amigos, iba al lío en Río. Ackumey dice que le engañó más de 50 veces con dos modelos distintas. Incluso las metió en su casa, asevera. Ella aprovechó sus ausencias para centrarse en su carrera de Derecho y él, puesto a elegir, como Ericsson, prefirió la rubia a la morena, y ahora sale con Cassie, modelo y actriz. Un pibón de órdago.
Conclusión: cuando acabó el tenso partido de vuelta de las semifinales de la Champions, Essien ya sabía de qué iba eso. Era engaño.
Conclusión: cuando acabó el tenso partido de vuelta de las semifinales de la Champions, Essien ya sabía de qué iba eso. Era engaño.
No sabía esto de un tipo tan sólido en el campo y que parece ser es tan libre fuera de él. Quiénlo diría. Si es así, telita con Essien.
ResponderEliminarSaludos