jueves, 28 de mayo de 2009

Tel Aviv, noche blaugrana... y blanca

Por Johan Einstein / Desde Tel Aviv
En la playa de Tel Aviv, 4000 israelíes vibraron con la victoria del Barça ante el Manchester. En la fina arena, senyeras y banderas barcelonistas me transportaron por dos horas a Barcelona. Solo que en lugar del español o catalán se escuchaba hebreo.

Bueno, y mucho español gracias a la importante colonia argentina, que llevaba sin excepción la camiseta de su selección. La de Messi, claro. "Dale,Leo, dale!!", gritaban con tanto amor a su chico como odio al rival inglés.

Desde este digno blog envío mis disculpas al organizador de la velada en Tel Aviv, que no sé por qué diablos decidió quitar la señal de la televisión antes de la entrega de trofeos. Mi airada reacción, unida a la de los 4.000 amigos, le convencieron para que pudiéramos ver en la gigante pantalla a Puyol levantando la Copa y al genio italiano inscribiendo el nombre del club en el trofeo.

Algunos se me acercaban preguntando a quién fichará el Barça el próximo año. Que Florentino aprieta... Me río. Me descojono. Y me digo: "Sí, señor, son culés. Prefieren sufrir que disfrutar el momento".
El enemigo Cristiano

Acabada la retransmisión, el paseo marítimo de Tel Aviv parecía las Ramblas con múltiples bufandas y bocinazos de los coches. Curiosamente, y manda huevos como diría el otro, la noche del Barça coincidió con la llamada noche blanca de Tel Aviv, en la que no se duerme y el Ayuntamiento organiza actuaciones musicales y teatrales en la calle. Una noche blanca donde sólo había cules pero que se alargó hasta la llegada del sol... Blanca y culé.

Llamada de un amigo de Gaza. El palestino está contento.Felicidad máxima. Es tan culé como los israelíes que me rodean. Su ídolo es Keita, que siempre se acuerda de Alá, su protector. Se alegra por la tristeza del Cristiano. El portugués tiene todos los números para ir al Madrid. Muchos aficionados del Barça identifican al crack como nuevo enemigo, acompañando a Ramos y Guti. Cada forcejeo con Puyol le quitaba deportividad pero le sumaba gloria como digno enemigo en el futuro.

En estas tierras de Oriente, que estuvieron bajo el mandato británico, se respetaba mucho al Manchester. Pero el temor de árabes e israelíes a la armada inglesa no superaba el amor al buen futbol de los enanos Xavi, Messi e Iniesta.

Por cierto, entre el millar de israelíes que viajó a Roma para ver la final estaba el ex primer ministro, Ehud Olmert. El futbol no corrompe pero tiene una fuerza brutal. Y es que Olmert, un gran seguidor de la fuerte banda de Ferguson, prefirió estar con su amigo Don Silvio en lugar de quedarse en Israel donde por la mañana se decidia en el Tribunal Supremo un aspecto legal de su futura comparecencia por un supuesto caso de corrupcion. Vaya dia, Ehud!

"Eto'o marcó el gol de la final por su viaje que hizo a Israel con el centro Peres por la paz", chilla un chaval. Ahí está la clave de la victoria de Pep, al que aquí todos le elogian incluso más que a Messi. Ahí va la gran pregunta desde estas tierras a los expertos del blog: ¿Quién es más imprescindible, Messi o Guardiola?

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