miércoles, 13 de mayo de 2009

Briconsejos para Endica



Por Lola Dirceu
Ya nadie recuerda que no hubo boicot al himno español en la final del 84 por una luctuosa razón: siete aficionados del Barça perdieron la vida en Ledanca, Guadalajara, al volcar su autocar camino del Bernabéu. El bus en cuestión chocó con un camión militar que provenía del cuartel de El Goloso, y que al reventar una rueda, colisionó y tumbó el bus azulgrana. De producirse hoy tan desgraciado accidente, a saber qué tribunas de opinión nos desayunábamos... "Ataque kamikaze a los nacionalismos periféricos", "la beligerancia del Estado Español llega hasta por carretera"...

Aquella tragedia quedó aún más diluida con el epílogo Mortal Kombat que liaron entre los Clos, Migueli, Urtubi, Argote, De Andrés y demás karatecas rodeados de maderos (sí, de marrón, y con un bigote más amazónico que el Mauricio, el de Aída). Lo mejor vino desde la grada. Se arengaba, textualmente, lo que sigue: "¡Goico ataca, Maradona se hace caca!".

Entre la tragedia anterior a la final y el tatami postrero que se montó, Endica Guarrochena (así se escribía, con "c" y "ch") acertó a meter el único gol del partido. Con la victoria, engrosó el santoral rojiblanco junto a San Mamés, aunque en los cromos de Panini fue gudarizando su grafía en años sucesivos: "Endika Guarrotxena Arzubiaga, delantero, nacido en Bilbao en 1961", ponía con proliferación de "k" y "tx". En su haber león, sólo metió 23 tantos en 165 partidos de Liga, discreto guarismo. Tras el Bocho, recaló en el Valladolid, Mallorca, Hércules, Benidorm, Ceuta...

En 1998 volvimos a saber de él porque asomó su jeta como concejal en Sopelana (bella playa) de HB y miembro de su Mesa Nacional. Ese mismo año condenaba un ataque ¿pepero? a la sede de HB en el barrio getxotarra de Romo. Ahora, además de afilar los músculos de tiernos gudaris como profesor de gimnasia en Vizcaya, lidera la plataforma ESAIT en pro de la oficialidad de las selección nacional de Euskadi. Desde su puesto, ha dado unas consignas para mañana joder la marrana, antes de la final, a ese Estado español que aprieta las costuras del mapa de la gran patria vasca. Si no tiene muchas ideas para el boicot, aquí van algunas.

Briconsejos: cuando Su Majestad asome su mentón borbónico por el palco de Mestalla y suene la Marcha Granadera que los maulets del Barça y los viejos Herri Norte y Abertzale Sur del mismísimo Bilbao entonen estos lyrics para inspirar ese himno huérfano de palabras. Puta España, alzad los brazos carceleros del Estado Español, que nos vuelve a reprimir...

Los cánticos irán acompañados de un mosaico gigante doble: de un lado, la estelada catalana con la cara en 3-D de Pepe Rubianes (que en paz descanse) y su famoso aforismo; del otro, un mapa gigante del País Vasco con esas flechas (sin yugo) que reclaman el retorno al terruño de todos y cada uno de los mihijoesunpresopolítico que andan encarcelados por esos guantánamos ibéricos.

Yo que Endica hubiera propuesto que la final se jugara en Gibraltar, por escenario neutral y porque los monos con barretina e ikurriña podrían hacer un tifo de la hostia que cubriría la Roca (como esas perfomances que hace el artista Cristo) y que al día siguiente veríamos desde el Meteosat. Si gana el Athletic, o sea, si se aparezca San Sabino Arana tres millones de veces, que tomen gabarra Atlántico abajo para celebrar el fiestón en los sótanos de Marruecos con la gente del Frente Polisario, amigos en el dolor. O si se van un poco más allá que lo festejen en Palestina. Ah no, en Palestina no, que nos dice Johan Einstein, corresponsal de FNF en Oriente Medio, que por allí son del Barça y arrean unas patadas de kárate que ni Tarzán Migueli.

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