Por John WyattHay axiomas intocables que han perdurado durante décadas porque son políticamente correctos y están blindados contra la crítica. Una de estas verdades es la que asegura que el Athletic de Bilbao tiene mucho, mucho mérito, por mantenerse en Primera División
montando sus plantillas con jugadores de la casa desde su fundación hasta nuestros días.
Eso, que además no es del todo cierto, ha impedido realizar otras lecturas. Y no, este post no pretende poner al Athletic en la picota, sólo replantearnos el porqué de su esencia, si ha sido positivo o negativo para la institución, si se ha respetado y, por último, si tiene conexión con el ‘especial’ clima político vasco. Así que nadie se me enfade.
Según cuenta la Wikipedia, todo comenzó en la década de 1900. En esa época el Athletic estaba formado mayoritariamente por jugadores locales, además de futbolistas ingleses residentes en Bilbao, del mismo modo que ocurría en la mayoría de los equipos españoles. O sea, que ha caído el primer mito: en los orígenes,
el Athletic fue de los primeros en contar con jugadores extranjeros.
Ríete tú de la ley BosmanSiento el ladrillo, pero es importante saber esto para conocer la esencia del equipo rojiblanco.
La Liga de 1910 la ganó el Athletic con una alineación con tres ingleses, un francés y dos madrileños. Para el campeonato de 1911 celebrado en Bilbao, volvió a traer jugadores ingleses ; la Real Sociedad , en cambio, no lo consiguió. Tras el primer partido, surgieron las protestas por la alineación de estos jugadores del Athletic.
Después de largas y agrias discusiones, el equipo de San Mamés aceptó retirar a dos de sus británicos. Tras ese cúmulo de protestas, y en plena oleada ideológica sabinoaranesca,
el Athletic se vio herido en su orgullo y decidió que a partir de ese momento solamente jugarían con vascos y que no se beneficiarían de la ventaja que da tener extranjeros en el equipo.
Deportivamente, el club es uno de los tres que siempre se ha mantenido en primera. Es decir, que podemos dar por bueno el invento. En lo institucional, tengo mis dudas: ¿Cuanto hay de sentimiento nacionalista en la filosofía del Athletic? ¿Por qué sólo ha sobrevivido ese modelo con ellos y la Real Sociedad? ¿Por qué se han hecho excepciones como la de Lizarazu, aludiendo que era vasco-francés teorías abert z ales mediante? ¿Por qué en el resto de España (y del mundo) esa filosofía fue abolida por el peso de una realidad mucho más diversa? ¿No estamos ante una idea cavernícola,
prolongación futbolística de las tesis de la izquierda abertzale?
Todas las decisiones que se toman para fichar, ya sea en las categorías inferiores o para el primer equipo , tienen siempre un matiz político importante. Si Ezquerro es riojano, lo justificamos con que su padres son vascos, si Valverde es extremeño, decimos que es que lleva mamando txapela, txacolí y aurresku desde niño, si fichamos a Roberto Ríos por 2.000 kilitos de las antiguas pesetas, pues esgrimimos que su RH lo vincula con el Athletic, aunque nunca se haya rebozado en el barro de Lezama. Y luego está Lizarazu,
gabacho pero vecino de esa Euskal Herria con la que soñaba Sabino Arana. ¿ Es o no, en el siglo XXI, criticable la filosofía del Athletic?
En mi opinión, sí, tiene mérito, por un lado, mantenerse en Primera durante más de un siglo con los chavales del pueblo en plan aldea de Asterix. Y también un punto de racismo y de sumisión a las teorías de Arana. Sólo hay que ver la ocurrencia del club de Bilbao para ampliar la base de gente fichable:
incluir también en su nómina a aquellos jugadores latinoamericanos de origen vasco o con apellidos euskaldunes.
¿Vascos con acento mexicano? ÁndeleCaparrós, por su parte, ya ha dado el visto bueno, aunque claro, él no es vasco y, por tanto, no deja se ser un sospechoso desconocedor de las esencias. Algunos aficionados de la vieja escuela se oponen radicalmente a aceptar latinoamericanos. Lógico, porque aunque la medida tiene un fuerte tufillo nacionalista supone cierta apertura en la aldea.
Imaginen a un tipo con acento porteño, peruano o mexicano intentando pasar por vasco de toda la vida. !Si hasta Gonzalo Higuaín podría jugar en el Athletic!
Pero el mundo gira demasiado rápido incluso para los leones. Jonas Ramalho Chimeno es la nueva cara de la globalización y de una nueva manera más coherente de entender la tradición. Aunque tiene sangre angoleña, el chico nació en Barakaldo y juega de defensa. Sí, es negro y lleva la sacrosanta zamarra de Telmo Zarra. Como Endurance Aigbemwona Okunwa (Infantil A, nacido en Nigeria), o Yanis Rahmani Cordeiro (Infantil B), de origen franco-marroquí y nacido en Champigny Sur Marne (Francia), o Binke Diabate (de Mali). Ellos son el primer paso de ese sueño que imaginó Juanma Bajo Ulloa en su película Air Bag:
¡Un lehendakari negro! ¡Tiembla, Patxi!